Esta vez me voy hasta otro de
esos valles pirenaicos donde sus diferentes pueblos ofrecen infinidad de
argumentos para rememorar viejos tiempos pasados. Me adentro en la Ball de
Chistáu (Valle de Gistaín) y me detengo en uno de sus pueblos. Se trata de
Plan, me interno en él y comienzo a recorrer sus intrincadas callejuelas.
Rápidamente me doy cuenta de las diferencias entre los elementos constructivos
propios de esta área geográfica y los vistos en esta misma sección para pueblos de otros
valles pirenaicos más occidentales. Quizás el elemento más diferenciador en
este caso sea el de la piedra empleada en los muros de las casas. La regular arenisca
propia del flysh pirenaico aquí está
ausente y es sustituida por los cantos rodados irregulares de granito
principalmente. Los tejados siguen siendo pendientes para evacuar cuanto antes
la nieve si bien sus tejados aquí están conformados por la pizarra y no la losa
propia de otros valles.
Tras un rato caminando me planto
delante de la fachada de una casa que destaca por su porte robusto a la vez que
esbelto. La identifico gracias a la copia de una fotografía antigua que llevo
en la mano. Esta fotografía fue realizada por el antropólogo alemán Fritz
Krüger en 1927 durante su visita a estos valles pirenaicos. En ella aparece Casa Carlé la cual muestra en su cara
orientada al oeste un hastial achaflanado. Al amparo de su vuelo se
construyó una larga balconada con una robusta barandilla de madera, ideal para
tender la colada y secarla a la serena. En su fachada revocada había abiertos
varios huecos en su planta primera. Aparecen dos pequeños ventanucos que apenas
permitían la entrada de luz en la casa, pero que al mismo tiempo, evitaban también
la pérdida excesiva de calor durante los fríos días invernales. La puerta de
entrada a esta casa también presentaba unas dimensiones un tanto exiguas y en su
parte inferior contaba con al menos un escalón integrado por debajo del nivel de la calle. Su cabecero de forma
semicircular no presentaba aparentemente ningún elemento decorativo.
El empedrado de la calle se
muestra irregular y está conformado por cantos rodados colocados de forma
aleatoria. A pesar de la irregularidad señalada, el perfil del mismo muestra el
relieve suficiente para evacuar el agua calle abajo en días de lluvia y evitar
así que pudiera entra en el patio de Casa
Carlé. Sobre el muro de media altura que parte la calle asoman los extremos
de varios fajos de leña colocados allí expresamente para secarse al sol. Es muy
probable que posteriormente fueran empleados para encender el fuego del hogar o
de la cocinilla económica. Casi a la misma altura aunque a la izquierda del
todo de la imagen, la foto nos muestra parcialmente la fachada de Casa Moliné con una morfología muy
similar a la descrita para Casa Carlé.
Más al fondo y por detrás de la leña observamos un nuevo tejado en disposición
transversal que corresponde a Casa
Calderón. La ladera de San Mamés, al fondo, deja entrever claramente la
acción del hombre. Sobre ella ha roturado pequeñas porciones de terrenos para
su cultivo que se muestran delimitadas por muros de piedra y vegetación. Además,
se intuye la presencia de hasta dos pequeñas bordas donde se debían guardar
animales, la hierba seca que se recogía o las herramientas que se empleaban para
dicha tarea.
La toma actual presenta a simple
vista pocas diferencias significativas. Quizás una de las más evidentes es la
presencia de diferentes cables aéreos que distribuyen la electricidad por el
resto de casas de Plan. Estos cables también han ocupado su espacio en la
propia fachada de Casa Carlé pues la atraviesan con al menos dos trazados
diferentes. En la parte inferior destaca también la modificación sufrida en la
puerta de entrada actual que es totalmente nueva, más estrecha y desplazada a
la izquierda de la fachada. La antigua ha quedado transformada en una ventana
baja. Siguiendo la fachada de abajo a arriba, observamos como los siguientes
huecos también son nuevos respecto a la foto de Krüger. El balcón original ha
desaparecido y se ha convertido en una ventana. Los otros dos ventanucos
mantienen una ubicación similar aunque han ganado sustancialmente en sus
dimensiones. El hastial achaflanado del tejado se mantiene aunque con ligeras
modificaciones las cuales también han afectado a la balconada corrida. Esta integra
ahora, además de la puerta de acceso a la misma, dos pequeñas ventanas que
deben proporcionar una gran luminosidad a la estancia interior. La cubierta
original de pizarra ha sido sustituida por otra de uralita ondulada. Así mismo,
su chimenea actual también está conformada por dos tubos de uralita rematados
por un acabado metálico.
El firme de la pendiente calle
muestra igualmente ostensibles mejoras pues ahora las piedras son mucho más
uniformes. La tapa de la alcantarilla perfectamente integrada sobre el suelo
nos muestra también una importante mejora de la salubridad pública de este
pueblo antaño impensable. Hasta cuenta la calle con un tramo de acera para acceder a Casa Carlé. Por su parte, el muro de media altura presenta ahora sus piedras rejuntadas y aparece ligeramente más corto para facilitar así el tránsito de
vehículos a motor ausentes cuando Krüger realizó la fotografía original. También podemos apreciar claramente el aumento de volumetría sufrido por Casa Moliné, la cual ha perdido
definitivamente la balconada de su alzado este. Al contrario de Casa Carlé, en la cubierta de Casa Moliné se ha seguido empleando la
pizarra en su cubierta. El tejado transversal del fondo correspondiente a Casa Calderón y también ha sustituido la
pizarra original por la teja plana de cerámica.
Para concluir con esta descripción,
señalar que la ladera de San Mamés ya muestra signos evidentes de abandono en
unas cuantas de las fincas que acoge. Tras la ausencia continuada de la mano
del hombre, la vegetación ha vuelto a colonizar las superficies roturadas con
tanto esfuerzo y sacrificio. En cambio, todavía se mantienen en pie y con su
cubierta intacta las pequeñas y dispersas bordas. El avance de la vegetación
también se muestra bien claro en la parte superior de la ladera donde en la
actualidad crece un frondoso pinar apenas perceptible en la foto original.
PD: Mi agradecimiento a la Fototeca de la Diputación Provincial de Huesca por facilitarme el uso de esta fotografía que forma parte de sus fondos.
PD: Mi agradecimiento a la Fototeca de la Diputación Provincial de Huesca por facilitarme el uso de esta fotografía que forma parte de sus fondos.
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