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domingo, 15 de septiembre de 2013

El Barranco de Arratiecho

        Pero a pesar de todos los trabajos y esfuerzos realizados a lo largo del cauce del Bco. Arás, el que tiene los honores de haber sido el primer cauce sobre el que se realizaron trabajos de corrección, fue otro. En la ribera del río Gállego fue el cauce del Barranco de Arratiecho donde el personal de la 6ª División Hidrológico-Forestal actuó por primera vez. Al igual que los trabajos referidos en la anterior entrada realizados sobre la cuenca del Bco. Arás, estos también fueron proyectados y dirigidos por el ingeniero de montes aragonés Pedro Ayerbe. Como veremos a lo largo de posteriores entradas, la capacidad de interpretación del terreno de este hombre y sus avanzados conocimientos de las técnicas forestales, hicieron posible que los proyectos por él diseñados, además de conseguir llevarlos a la práctica, se han mostrado  muy eficientes a lo largo de los años.
Desbordamiento del Bco. Arratiecho hacia 1905 como consecuencia de una crecida afectando a campos.
Foto: Colección Tomás Ayerbe
       Los trabajos en este cauce comenzaron en 1904 con un presupuesto previsto de 31.149,42 Pts aunque a última hora esa cantidad se vió reducida hasta 29.516,40 Pts. Con esa cantidad se acometió la construcción de diferentes diques así como la repoblación de una superficie indeterminada. Para facilitar los trabajos  de encauzamiento y canalización su cauce fue dividido en tres tramos diferentes. Como dato curioso y para que nos hagamos una idea, el coste de uno de los diques construídos con un volúmen de 112 metros cúbicos fué de 2.339,23 Pts, es decir, a 20,89 Pts el metro (1). 

Caseta de herramientas en el vivero de Arratiecho 
hacia 1910. Foto: Colección T. Ayerbe

Al ser la primera vez que se abordaba desde ese organismo una actuación seria de hidrología forestal, aquellos trabajos costaron, si cabe, todavía un poco más que los realizados posteriormente. La ejecución de los mismos fue considerada por los técnicos y los políticos del momento como de máxima urgencia. Las periódicas crecidas acompañadas de respectivos desbordamientos ponían continuamente en jaque la persistencia como tal de la fértil huerta de Biescas. Como no podía ser de otra forma al tratarse de un cauce con un marcado carácter torrencial, los desbordamientos del mismo iban por lo general acompañados de avenidas y fruto de las mismas los áridos terminaban cubriendo parte de esas magníficas tierras de cultivo. Pero aquellas crecidas cada vez más habituales implicaron un nuevo daño directo. La carretera que comunicaba Biescas con la próxima localidad de Gavín, atravesaba peligrosamente el cono de deyección de este barranco por su parte superior. Eso suponía que cada vez que se producía un episodio de aquellos dicha carretera quedara también cortada al tráfico rodado.
Pero como sucede en cualquier inicio, la ausencia de una infraestructura mínima para ejecutar aquellos trabajos supuso una dificultad añadida para conseguir los objetivos propuestos. Lo primero que se debió acometer fue la construcción de un vivero forestal en el que poder obtener todas las plantas que se iban a necesitar no sólo en la restauración de este cauce, sino también en la de los próximos cauces del Bco. Arás, Bco. Escuer o Bco. Arguisal. Aquél vivero forestal acabó instalándose en el propio cono de deyección del Bco. Arratiecho, decisión que fue muy criticada por algunos de sus colegas. De esta manera el ingeniero responsable de aquellos trabajos, P. Ayerbe, pretendió llevar a la practica la máxima forestal de que la mejor forma obtener plantas bien adaptadas no era otra que sembrarlas en el mismo sitio donde habían de ser plantadas. La  puesta en marcha de todos aquellos trabajos implicó una serie de gastos que no repercutieron directamente en el avance de los mismos. Durante 1904 se gastaron 205 Pts en diferentes conceptos como transporte de materiales, compra de alambre espinoso para el cerramiento del vivero, estudios y levantamientos de mapas, inspección y dirección de las obras, vigilancia, construcción de dos garitas de refugio, adquisición y reparación de herramientas, abonos para el vivero, etc (2).

          Además, por si fuera poco, ese mismo año ya resultó necesario reparar unas escolleras y unos empedrados como concecuancia de una fuerte crecida experimentada por este cauce el 12 de septiembre. La Revista Montes de octubre de ese mismo año se hizo eco también de aquella riada en los siguientes términos: "La crecida que se produjo fue muy superior a cuantas se recuerdan en la localidad, y los operarios que trabajaban en la corrección del torrente huyeron en busca de refugio, creyendo que la impetuosidad de la avenida arrasaría las obras que habían levantado. Apenas pasó la tempestad, vieron con sorpresa que no había sido así, sino por el contrario, aquellas obras, fraccionando la fuerza de la avenida y deteniendo sus materiales de acarreo, habían triunfado, en todas las líneas, del combate sostenido contra la violencia de los elementos".
Casi de forma simultánea aquel hombre también decidió que para garantizar la realización de un trabajo en condiciones había que contar con una base próxima desde la que poder hacer un seguimiento exhaustivo del desarrollo de los trabajos. Aquello pasaba por disponer de unas dependencias en las que poderse alojar tanto él en calidad de responsable de los mismos, como otro personal adscrito a la 6ª DHF como era el caso de los guardas forestales. Así fue como hacia 1905 este ingeniero adquirió varios campos separados del centro de Biescas donde decidió construir una casa forestal y otra serie de dependencias auxiliares, imprescindibles para llevar a cabo con garantías la labor que se le había encomendado.

Impresionante aspecto de la casa forestal original de Biescas hacia 1910, al poco de ser construída. 
Foto: Colección Tomás Ayerbe
La casa forestal de Biescas en la actualidad, abandonada, decrépita y con su cubierta a punto de hundirse.   
       Foto: Archivo Cartagra
      La importancia de la corrección hidrológica de este cauce fue tal que el inicio de sus obras coincidió con otras obras forestales de gran importancia a nivel nacional. Me estoy refiriendo a los trabajos de fijación de dunas que se llevaron a cabo tanto en el Golfo de Rosas (Gerona), en las Dunas de Guardamar (Murcia) o los de la cuenca del Barranco Enseu, en la Ribagorza leridana. A su vez, los trabajos realizados en este cauce también acabaron coincidiendo en el tiempo con los que poco tiempo después se iniciaron en el próximo Barranco de Arás. 
Cono de deyección canalizado hacia 1912. 
Foto: Colección Tomás Ayerbe


El mismo tramo en la actualidad.
Foto Archivo Cartagra
        Las obras en este el Bco. Arratiecho habían comenzado en 1903 con un presupuesto escaso de tan sólo 1.000 Pts aun a pesar de que el ingeniero Pedro Ayerbe había presupuestado para esa primera fase casi 40.000 Pts. El cauce del Arratiecho tenía una longitud de unos 2.500 m y la extensión de su cuenca abarcaba unas 160 Ha. La mayor parte de la misma presentaba un aspecto descarnado fruto de los avanzados procesos erosivos existentes. Cada vez que había una tormenta en la zona, de su cuenca surgía un volumen de arrastres que iba aumentando sin cesar hasta alcanzar su cono de deyección. Estas avenidas con arrastres eran tan habituales que el caudal principal acababa desbordándose con relativa frecuencia inundando los campos próximos.
Numerosos obreros abancalando manualmente la ladera izquierda del Bco. Arratiecho. 
Foto: Colección Tomás Ayerbe.
Pino piñonero (Pinus pinea) de la repoblación origninal
realizada por la 6ª DHF en la actualidad. Foto Cartagra

Hasta 1907 se habían sembrado unas 300 Ha de pino silvestre y roble. Dentro del mismo cono de deyección se sembraron otras 3 Ha de pino piñonero y castaño, así como 9.000 abedules, 3.000 olmos, 2.900 plantones de chopo, sauces y otras frondosas. Se abrió una importante red de caminos en cuyos taludes se sembraron pinos, robles, olmos y especies pratenses. Se llegaron a construir cuatro grandes diques que en conjunto cubicaron 1.079 m³ de mampostería y otro par de diques rústicos intermedios. En poco más de un kilómetro de cauce se construyeron hasta 75 diques de entre un metro y cinco metros de altura y con un espesor medio de 1,80 m. Se abrieron dos caminos principales. Uno que accedía hasta la parte intermedia de su cuenca tenía 2.760 m de longitud y otro más ancho para el servicio de obras de 1.480 m. Sobre la parte final de su trazado, coincidiendo con su cono de deyección, se construyeron sendos paseos paralelos a cada una de sus orillas, de 379 m de longitud. En la parte final del cono de deyección también se construyó una plazoleta circular donde habrían de quedar depositados por decantación los arrastres de sus aguas. Hay que recordar aquí una vez más que todas estas obras se realizaron a base de un gran número de trabajadores armados simplemente que con un pico y una pala. Bien. Con esas sencillas herramientas y tras infinidad de largas y sacrificadas jornadas de trabajo, se consiguió remodelar unas laderas que cualquier otro hubiera descartado su restauración por considerarla imposible (2).
Estado de la cabecera del Bco. Arratiecho hacia 1902-04, antes de iniciarse los trabajos. Obsérvese el grado extremo de erosión de buena parte de su cuenca receptora. Foto: Colección Tomás Ayerbe
       Aspecto de la cabecera del Arratiecho totalmente corregida y restaurada hacia 1915 aproximadamente.                Foto: Colección Tomás Ayerbe
La importancia que Pedro Ayerbe dio a la vigilancia de los trabajos y las repoblaciones realizadas en este cauce fueron el principal motivo para que decidiera construir una nueva casa forestal bien próxima al lugar de dichos trabajos. Así fue como se construyó una nueva casa forestal en la partida de Las Carruscas, totalmente destruida en la actualidad. Para llegar hasta ese punto fue necesario abrir un camino forestal de unos 3 m de anchura y casi 2 km de longitud que comunicaba directamente con el cauce del Arratiecho.
Se levantaron cientos de metros de paredes de piedra 
siguiendo las curvas de nivel. Colección Tomás Ayerbe.
 Resulta muy impresionante la contemplación algunas de las fotos antiguas en las que la vegetación todavía deja ver claramente los numerosos muros construidos siguiendo las curvas de nivel de la ladera. Aún impresiona más si esa foto con los trabajos concluidos la comparamos con la de su cabecera antes de que se iniciaran los mismos. En su construcción se llegó a montar pequeños tramos de raíles tipo "Dacauville" sobre los que se desplazaban las vagonetas cargadas de tierra y piedras, lo cual facilitó enormemente aquellos trabajos. Es más que probable que P. Ayerbe tomara esta idea tras observar ese sistema en las obras que por esas fechas se realizaban en el llano de Los Arañones de Canfranc, las cuales dirigía su primo Benito Ayerbe Aísa, también ingeniero de montes.
 En la actualidad el cauce del Arratiecho constituye un estupendo punto de ocio para los habitantes y visitantes de Biescas. La mayoría de los caminos abiertos a principios del siglo XX se conservan en la actualidad y son recorridos por practicantes de senderismo o mountain bike continuamente. Medio ocultos entre la vegetación permanecen infinidad de metros lineales de pared que ha cumplido y sigue cumpliendo con su principal cometido: sustentar la ladera y favorecer así el crecimiento de la vegetación. Los diques del cauce también resulta complicado verlos pues aparecen prácticamente ocultos por pinos, salceras, barzas y artos. Este escenario es el marco ideal para, con unos trabajos previos de desbroce y limpieza de las obras más representativas, conseguir un sendero interpretativo autoguiado gracias al cual dar a conocer tanto los trabajos realizados como algunas de las técnicas empleadas en la restauración hidrológico-forestal sobre cauces torrenciales.
Sistema de vagonetas y raíles denominado "Decauville" instalado en las obras del Bco. Arratiecho para optimizar el movimiento de piedras y tierra.  Foto: Colección Tomás Ayerbe
       El antiguo cono de deyección del Arratiecho en la actualidad esta ocupado por un frondoso bosque en el que predomina el pino silvestre. Son buenos ejemplares, altos, rectos, los cuales han cumplido y siguen haciéndolo, con la función que se les encomendó en su día: asegurar un suelo inestable frente a las periódicas avenidas de agua. En la actualidad, sobre una porción de este bosque se ha instalado un parque de aventuras donde quien así lo desee puede desplazarte de un árbol a otro mediante tirolinas y otra serie de pasos aereos. Si Pedro Ayerbe levantara la cabeza quedaría más que sorprendido pues sin salir del lugar al que dedicó tantos desvelos ahora podría, además de darse un paseo aéreo como si de un esquirgüelo se tratara, tomarse una estupenda tapa de pulpo para reponer fuerzas en la terraza-bar que toma el nombre de este barranco.
Parque de aventuras en Arratiecho.
 Foto Cartagra


Fiesta del Pulpo en Arratiecho durante septiembre de 2013
Foto Archivo Cartagra

Bibliografía y fuentes: 
(1): Reseña de los trabajos realizados por la División Hidrológico-Forestal de la Cuenca Inferior del Ebro y Pirineos Orientales; Javier Ferrer Lloret y José Reig Paláu; Madrid, 1905. 
(2): Dosier que elaboré con motivo de las Jornadas Histórico-Forestales de Biescas, celebradas en mayo de 2002 y organizadas por Profor España.

11 comentarios:

  1. Buena entrada. Felicidades Carlos por el blog. A partir de ahora esperaré con interés cada una de las entradas.
    Un saludo.

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  2. Me alegra saber que te ha gustado. Lo malo es que hay muy pocas fotos antiguas de las que hechar mano. Intentaré esmerarme en próximas entradas.
    Saludos Damián

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  3. Muchas graciaz zagal, me alegra que te haya gustado.
    Saludosossss
    Carlos

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  4. ¡Muy buen trabajo, Carlos!. Me ha gustado mucho, impresionante el trabajo realizado en aquellas fechas y la labor de búsqueda acometida por V.I.
    ¡Chapeau!

    Pedro J.

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    1. Hombre Pedro, tú por aquí. Esto del Blog va a acabar resultando gratificante pues me reencuentro con gente como tú a quien tenía medio abandonado que no olvidado. Me alegro mucho que te guste el contenido y espero conseguirlo con las nuevas entradas. Como bien apuntas, la tarea de búsqueda que hay detrás de este sencillo texto es tambien de chapeau. Pero bueno, son ya muchos años revolviendo papeles y algo va saliendo.
      Saludososss
      Carlos

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  5. Esto eran verdaderos Planes de interés general y no los PlanE, el Impulso y otros mareaborregos.

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  6. Hola Tomás, tienes toda la razón del mundo. Ahora mismo, llamen al plan como quieran llamarlo, serían incapaces de hacer ni la mitad de lo que aquellos hombres realizaron a base de pico, pala y mucho sacrificios.
    Saludosossss
    Carlos

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  7. El resultado de un trabajo de investigación largo y minucioso. Documentos imprescindibles para entender estas montañas y estos paisajes. Felicidades!
    Bartolo.

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  8. Hola:
    Muchas gracias por tu comentario y por leerme.
    Carlos

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  9. Hola Carlos,

    Enhorabuena por el post,
    ¿Has encontrado el proyecto original?

    Un saludo

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