lunes, 7 de octubre de 2013

El Barranco Sía


          Tras abordar todos los cauces de la orilla derecha orográfica del Río Gállego comenzaré con este post a hablar de los que se encuentran en la orilla izquierda del mismo. Hay que recordar que en un post de mediados de septiembre pasado ya hablé de otro cauce ubicado también en su orilla izquierda. Se trató del Barranco Arratiecho al cual di prioridad por tratarse de unos trabajos pioneros en nuestra provincia. 
Arrastres acumulados por uno de los afluentes
del Bco. Sía. Foto: Archivo Cartagra

            Para hablar ahora de los trabajos efectuados en el cauce del Barranco Sía, y como no puede ser de otra forma, tomaré como referencia el preceptivo proyecto. Este fue redactado por el ingeniero de montes José María Ayerbe y Vallés y está fechado en Zaragoza un 20 de mayo de 1953 (1). Un año antes, en 1952, este mismo ingeniero fue quien redactó el proyecto de corrección de otro importante cauce, el Barranco Larbesa, afluente del que ahora nos ocupa. En palabras de aquél ingeniero, la actuación sobre el Barranco Larbesa de nada serviría si después no se actuaba sobre el resto de cuenca. Así pues, aquí encontramos la primera justificación sobre la necesidad de la corrección en la cuenca del Barranco Sía.
            Su cuenca abarca una superficie de 458,75 Ha, presenta una pendiente media de sus laderas que oscila entre un 12% y nada menos que un 55%. Cuenta como afluentes principales por su orilla izquierda el Barranco O Lomo, Barranco Labayo I, Barranco Labayo II y Barranco Furcos. Para estas fechas el Patrimonio Forestal del Estado (PFE) ya había realizado un importante esfuerzo en la ribera del Río Gállego. Se había acometido la corrección de la cuenca del Arratiecho y Arás; se habían iniciado los trabajos en el Barranco Oliván y en breve se tenía previsto acometer trabajos en el Barranco de Orós. Con todas estas obras realizadas, las que estaban en marcha más las que habrían de iniciarse en breve, se pretendía disminuir al máximo el arrastre de materiales sólidos. Materiales que había que evitar por todos los medios que llegaran ya no sólo al Embalse de La Peña, sino también al que estaba previsto construir muy cerca del Sía, el Embalse de Senegüé. Con estos argumentos ha quedado descrita la segunda justificación para la ejecución de la corrección de este cauce.
Vista del Barranco Labayo II y su cauce excavado sobre materiales sueltos, hacia 1953. A media ladera la carretera que asciende al Puerto de Cotefablo. Foto: Archivo Cartagra
            Pero todavía señala este proyecto un tercer y último argumento. Los arrastres que producía tanto el Barranco Sía como sus afluentes provocaban con relativa frecuencia cortes en la carretera que comunicaba Jaca con El Grado "...importante vía de comunicación del Alto Aragón, que une las cuencas de los ríos Gállego y Cinca, por la que existe un intenso tráfico, principalmente transporte de maderas y que a menudo se ve interrumpido por los daños que originan estos torrentes". Se estaba refiriendo a la que actualmente es la carretera del Puerto de Cotefablo que cruza al Valle del Ara (N-260a). Pero a pesar de todas estas intenciones, en la mente del ingeniero redactor aún había otra nueva. Ayerbe estaba convencido que una vez concluidas las obras sería muy posible "...se rescataran para el cultivo agrícola parte de los terrenos que hoy forman su cono de deyección, lo que en esta zona del Pirineo es de suma importancia debido a la escasez de terreno apto para el cultivo agrícola". (1)
Fase inicial de los trabajos en el dique "Corea" del Bco. Sía.
Foto: Archivo Cartagra
        La envergadura de los trabajos que planteaba este proyecto queda bien de manifiesto cuando uno comienza a desplegar el mapa general que aborda todas la cuenca y comienza a contar los diques previstos, tanto de primer como de segundo orden. Las cifras son sencillamente abrumadoras: Barranco de Sía: 24 diques; Barranco del Humo: 20 diques; Barranco Labayo I: 35 diques; Barranco Labayo II: 21 diques; Barranco Furcos: 20 diques. En total este proyecto contemplaba la construcción de nada menos que 100 diques. Con tal cifra, este proyecto superó con creces cualquiera de los proyectos abordados en otros cauces de esta u otras comarcas. Aun sin saberlo, es bien seguro que de los que quedan por abordar en este blog, ninguno de ellos superará dicha cantidad. 

            Pero todavía sorprenden más las cubicaciones previstas para el total de diques a construir dentro de cada barranco. Como no puede ser de otra manera, estas son proporcionales a lo señalado hasta ahora: Sía: 8.030,53 m³; Furcos: 3.697,64 m; Labayo I: 4.810,96 m³; Labayo II: 2.295,48 m³; del Humo:2.410,51 m³. El total de metros cúbicos de mampostería hidráulica previstos para este conjunto de obras de hidrología alcanzaba la nada desdeñable cifra de 21.245,12. José María Ayerbe propuso comenzar por los diques nº1 y nº 2 que eran los más próximos a su desembocadura y continuar de forma correlativa cauce arriba. Todo el material a emplear se preveía extraer del propio lecho de los barrancos a corregir pues tras numerosos arrastres sucesivos, las piedras se acumulaban sobre los mismos en volúmenes muy importantes. El principal responsable de esa circunstancia hay que buscarlo en que todo el trazado del Bco. Sía, al giual que los otros barrancoas abordados hasta ahora, atraviesan una zona en la que la formación del flysh es la que más predomina.
Dique "Corea" en 1964, poco después de concluir su construcción. Foto: Fototeca DGB-INIA
            Como es habitual en estos proyectos, la otra parte importante de las obras a acometer correspondía a los trabajos de repoblación forestal. Tal cual expuso en su proyecto, este ingeniero decidió escoger como especie para repoblar, la que predominaba en la zona que no era otra que el pino silvestre (Pinus sylvestris). El método elegido para llevar a cabo la misma fue el de apertura manual de hoyos, siguiendo las curvas de nivel y distanciados entre sí 1,5 m. Esta distancia, menor a la prevista en otras repoblaciones donde lo habitual eran 2 m, se debió a la necesidad de crear una masa lo más espesa posible para hacer frente mejor a la erosión. Así pues la densidad por hectárea sería de aproximadamente unos 3.300 hoyos por hectárea. Las plantas habrían de proceder del vivero de San Salvador ubicado en la huerta de Senegüé, el cual distaba unos 12 km del monte a repoblar. 
Aspecto del Bco. Sía con su dique "Corea" en pleno funcionamiento. Foto: Fototeca DGB-INIA
            La superficie a repoblar quedó fijada en 174,50 Ha que se repartían entre las zonas más erosionadas del siguiente modo: en el Monte de Utilidad Pública nº 229, denominado Lanuza, 21,87 Ha; en el Monte de Utilidad Pública nº 228, denominado Chordonera, 75,81 Ha. En las zonas no erosionadas de este mismo monte se pensaba repoblar otras 76,81 Ha. Para la apertura de hoyos se estimó serían necesarias 2.464.32 Pts/Ha por lo que para repoblar la superficie total serían necesarias 430.023,84 Pts.


Dique en el Bco. Larbesa camuflado entre la vegetación espontánea. 
Foto: Archivo Cartagra
            No se ha conseguido localizar ningún documento generado durante la realización de los trabajos por lo que pocos detalles al respecto se pueden ofrecer. Así pues sólo nos queda que recorrer el terreno para comprobar qué obras hay ejecutadas sobre el mismo. Tras varias salidas puede aseverarse que la realidad dista mucho de los planes descritos inicialmente en el proyecto de José María Ayerbe. De los 24 diques previstos sólo se llegaron a construir 5 de ellos: El dique nº 1 o de cierre; posiblemente el nº 3, conocido en su día como el dique Corea; otros dos más por debajo y por encima del pueblo de Yésero. El último se ubica en el Bco. Furco, al este del pueblo de Yésero. Hay que señalar también la exagerada canalización del tramo final del Sía antes de desembocar en el Río Gállego, ejecutada a principios de los años 80 del siglo pasado. Esta consistió en un encachado de todo ese último tramo dejando prácticamente un cauce artificial. Dentro de los afluentes del Bco. Sía apenas se ha llegado a actuar. Cabe destacar los dos diques construidos sobre el cauce del Barranco Larbesa, muy próximos a la carretera que conduce a Broto justo antes de entrar en el túnel de Gavín. Así pues, de los 100 diques que preveía el proyecto de Ayerbe, en la actualidad sólo hay ejecutados 5 pues el Bco. Larbesa quedó incluido en otro proyecto diferente.
Ubicacón de todos los diques construidos sobre la cuenca del Bco. Sía en la actualidad.
Foto: Archivo Cartagra
            Mención especial merece el segundo dique construído el cual fue bautizado con el nombre de "Corea" como consecuencia de la dureza de los trabajos en él realizados. Así lo certifican los testimonios de algunos obreros que participaron en esa obra. Gracias a esos testimonios se ha sabido que en la fachada del muro que delimita el cementerio de Biescas llegó a aparecer una pintada con la siguiente leyenda: "Coreanos, en el mes de septiembre aquí os esperamos" pues se daba por hecho que alguno de aquellos trabajadores acabaría dejando su vida en esa obra y siendo enterrado allí. Sin duda alguna, la fase más dura según los testimonios recabados, fue la excavación de los cimientos y el arranque de la base del muro. Las jornadas eran muy duras y los jornales escasos. Además, el guarda forestal al frente de la misma no paraba de amedrentar a cualquier obrero que se paraba un solo instante (2).

              A pesar de la canalización final del Bco. Sía, las expectativas del José María Ayerbe tampoco se llegaron a cumplir respecto al aprovechamiento de superficies dentro de su cono de deyección. En la actualidad permanece una importante superficie del mismo sin aprovechar ni para agricultura ni para otro fin. Hace unos años, en pleno boom urbanístico, sobre estos terrenos sobrevoló un proyecto que pretendía convertir toda esta superficie cubierta por glera en un campo de golf acompañado de su respectiva urbanización, faltaría más.
Aspecto del tramo final canalizado y la glera del Sía a su izquierda. Foto: Archivo Cartagra
Dique de cierre del Barranco Sía en 1993. Foto: Fototeca DGB-INIA



Bibliografía y fuentes:

(1): Archivo Servicio Provincial Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente de Huesca; Proyecto de Corrección y Repoblación de la Cabecera de la Cuenca del Torrente Sía (Provincia de Huesca), José María de Ayerbe y Vallés, 1953
(2): Piedras y Penas en Tiempos del Patrimonio; Carlos Tarazona Grasa, 2008. 

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