miércoles, 12 de noviembre de 2014

Ainsa



            Como suele suceder en la orografía altoaragonesa, rara es la población perinenca que no cuente junto a su núcleo principal con un puente. Si se trata, como es el caso que ahora nos ocupa, de un pueblo que ha ejercido desde tiempos inmemoriales la capitalidad de la comarca de Sobrarbe, el puente se torna entonces indispensable. Sobre todo si tenemos en cuenta que en el entorno de Ainsa confluyen dos de los principales ríos perinencos, el Ara y el Cinca. Y además de juntarse aquí las aguas de ambos, también lo han hecho tradicionalmente los flujos migratorios de personas llegadas desde las cabeceras de ambos valles fluviales. Su ubicación estratégica también permitió que Ainsa fuera el punto de partida para numerosas personas que emigraron mucho más lejos. Pero también favoreció la llegada de otras nuevas y la de mercancías desde procedencias muy dispares. Estas circunstancias seguramente se vieron potenciadas a partir de 1880 fecha en la cual quedaron conectadas por carretera las poblaciones de Barbastro y Ainsa a través del Puerto del Pino (1).
Vista general de la confluencia de los ríos Ara y Cinca a la altura de Ainsa según una fotografía de Julio Soler Santaló tomada hacia 1920. Foto: Centre Excursionista de Catalunya

         En la foto antigua que hoy nos ocupa, tomada por el fotógrafo catalán Julio Soler Santaló hacia 1920, destaca el puente de cuatro ojos de bella factura que permite conectar ambas orillas del río Ara. En su extremo norte apreciamos el inicio de una bifurcación de carreteras. Al oeste la que se adentraba siguiendo el curso del anterior río hacia Boltaña y Broto. Junto al mismo se aprecia una pequeña construcción encalada que fue la casilla de los peones camineros encargados del mantenimiento de su firme. En la otra dirección, al este, una nueva carretera que se internaba en busca de las entrañas del Pirineo siguiendo el discurrir del río Cinca. Pero si prestamos atención, a la derecha de este puente aún se observan las ruinas de otro más viejo y semiderruido sobre el lecho del Ara. Se trataba de un puente de paso muy estrecho hábil solamente para personas y caballerías. Según mi informante ni tan siquiera podían circular por él los carros. De este puente en la actualidad no queda ni rastro pues las fuertes crecidas del río Ara conseguirían derruirlo poco a poco. Aunque según me cuenta Ramón, debieron tener mucho más que ver en su desaparición los propios vecinos de l'Ainsa. Así fue como la mayoría de esas piedras acabaron siendo reutilizadas en la construcción de algunas casas que terminaron conformando el nuevo núcleo urbano que se fraguó en el extremo norte del puente. 
Interpretación de algunas de las novedades en la actualidad 

           Otra circunstancia habitual en el entorno de un puente y al inicio de un valle es la presencia de una posada u hostal donde pudieran hacer un alto en el camino los viajeros para descansar y reponer fuerzas. En el extremo inferior izquierdo se aprecia una construcción de tejado alargado parcialmente cubierto con teja árabe. Se trata del antiguo Mesón de l'Ainsa el cual sigue funcionando como tal en la actualidad tras más de 120 años de historia. Ahora lo hace en un edificio ampliado y muy bien equipado, dando esmerado servicio tanto a autóctonos como a visitantes. Quien quiera saber algo más sobre este establecimiento puede hacerlo pinchando aqui. En el extremo norte del puente comienza la ladera de La Costera que nos deposita en lo alto de la misma donde se asienta el núcleo medieval de Ainsa así como los restos de su viejo castillo, declarados hacia 1970 como Conjunto Histórico Artístico. Lo cierto es que en este punto la foto permite distinguir poco. Tan sólo destacan de ese núcleo urbano la torre de la iglesia de Santa María, el castillo y la fachada blanca de Casa Duaso que antaño también se conoció como Casa Matías. Al fondo de la foto de J. Soler observamos la silueta de diferentes montes recortadas sobre el cielo. Entre ellas destacan las de la Sierra San Vicente, las Tres Sorores o Treserols o las laderas de la montaña de Tella culminadas por la Punta Montinier, también llamada de Mediodía.


          La foto actual por su parte muestra a la primera la gran evolución y expansión que ha sufrido l'Ainsa durante el último siglo. El núcleo moderno aparece levantado a ambos lados de un puente adaptado a las nuevas necesidades del tránsito tanto de personas como de mercancías. Ahora es un puente mucho más ancho donde además de dos carriles para vehículos, los peatones también tienen su acera bien acondicionada. Debo recordar aquí que este puente también sufrió los embates de la guerra civil española pues fue volado por las tropas republicanas durante su retirada hacia la Bolsa de Bielsa. A raíz de esa situación los pontoneros militares debieron construir una pasarela provisional que permitió incluso el paso hasta de camiones. Esa pasarela funcionó hasta que se consiguió restaurar el puente de piedra.
La misma toma en la actualidad presenta notables diferencias. Foto: Archivo Cartagra

         De la foto actual, realizada a media ladera del Tozal de Matías, destaca sobremanera el gran número de edificios construidos, sobre todo en el lado norte del puente. Allí, los escasos huertos que antaño se cultivaban a orillas del río Ara hace años que dejaron paso a construcciones de todo tipo de entre las cuales es difícil distinguir ninguna dada su aglomeración. En cambio, de las construidas en el estribo sur del puente y dado el primer plano que ocupan, sí que pueden distinguirse varias de ellas. El segundo tejado de la esquina inferior izquierda forma parte de un Mesón de l'Ainsa totalmente ampliado y remozado. Hasta contemplamos en él la existencia de una antena parabólica de televisión... quien se lo iba a decir al bisabuelo de Ramón Ceresuela (2) cuando abrió ese negocio como parador de carruajes y posada para viajeros. Las tres casas adosadas y de volumetría ascendente resultan ser Casa Capdevila, Casa Matías y Casa Berdún. La proliferación de edificios de hasta cinco alturas impide ahora por completo la vista del lecho del río Cinca. La glera del río Ara por su parte queda parcialmente cubierta por la vegetación conformada por sauces y chopos crecidos de forma espontánea sobre la misma.

          En la actualidad, Ainsa se ha convertido en una población muy activa que se ha centrado en el sector servicios proncipalmente. El turismo es desde hace ya muchos años su principal fuente de recursos pues no muy lejos de aquí existen infinidad de argumentos arquitectónicos y paisajísticos que visitar. A pesar de lo dicho, a Ainsa también acude una numerosa población dedicada a la agricultura y ganadería principalmente, que viven repartidos entre los numerosos pueblos pequeños diseminados en su entorno. Lo cierto es que cuando se visita la comarca de Sobrarbe, Ainsa siempre resulta ser una parada obligatoria. 

          En este post he decidido introducir una pequeña novedad con respecto a los publicados hasta ahora dentro de esta sección. A partir de ahora, siempre que disponga de material, añadiré otras imágenes de encuadre similar a la fotografía antigua que da origen al post. Así es como a continuación mostraré varias imágenes más de l'Ainsa tomadas en periodos diferentes. La calidad de las mismas no siempre será la optima aunque se dará preferencia al valor documental de la imagen. Aprovecho también para decir que no siempre será posible disponer de tantas fotografías similares de un mismo sitio ya que el caso de Ainsa entra más bien dentro de lo excepcional.
Vista de Ainsa hacia los años 20 del siglo pasado. Foto:¿Editorial Arribas?
Aspecto de Ainsa hacia 1930. Foto: Zerkowitz
Ainsa hacia los años cuarenta del siglo pasado tal vez. Foto: Ediciones Sicilia
Vista de Ainsa hacia los años cincuenta del siglo pasado. Foto: Ediciones Arribas
Vista de Ainsa hacia 1964. Foto: autor desconocido

Vista de Ainsa a mediados de los años 70 del siglo XX. Foto: Ediciones Sicilia



 Fuentes y Documentación



(1): Así lo debieron recoger las actas plenarias del Ayuntamiento de Barbastro con motivo de la inauguración de tal carretera, según me contó mi informante Ramón Ceresuela de l'Ainsa.

(2): Ramón Ceresuela ha sido la cuarta generación al frente de este negocio. Desde hace poco ha cedido el testigo a su hijo, llamado también Ramón, quien se conformará en la quinta generación de esta misma familia al frente del Mesón de l'Ainsa.

2 comentarios:

  1. Enhorabuena por la documentación, tanto escrita como gráfica y por un blog tan interesante. Seguiremos por aquçi, atentos a las nuevas publicaciones. Saludos desde Jaca.

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  2. Hola Jacetanos:
    Muchas gracias por visitar el blog y por agregaros al mismo. Para mi es un placer contar con el Ateneo Jaqués entre mis seguidores. Espero no defraudaros.
    Carlos

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