martes, 5 de julio de 2016

Memoria de Papel (11)



              Cada uno en esta vida tiene una serie de lugares que, por motivos que pueden ser de lo más variopintos, acaba considerando como sus favoritos. Pues bien, uno de esos rincones que para mi combina recuerdos entrañables y evocadores es el Balneario de Panticosa. Creo que es una mezcla de recuerdos personales en los que se combinan mis primeras excursiones por ese entorno y mis largas jornadas trabajando como pintor de brocha gorda recorriendo el interior de aquellas dependencias hosteleras decimonónicas. Así pues, dejándome llevar por esta especie de melancolía, hoy traigo a esta sección un par de libros sobre el que considero es uno de los parajes con más encanto de nuestro Pirineo. Y eso que en los últimos años ha habido quienes se han esmerado a fondo para quitárselo a costa de cualquier cosa.


Balneario de Panticosa (La época dorada)


Carátula del estupendo catálogo fotográfico del 
Balneario de Panticosa
              Estamos ante un magnífico libro -uno más- salido de la interminable factoría de la Diputación Provincial de Huesca y su magnífica fototeca. Fue editado en 1998 y en él se muestran una serie de fotografías y postales de incalculable valor gráfico pues nos muestran el aspecto de este lugar hace más de un siglo. Pero eso no es todo pues las abundantes fotografías que incluye esta publicación nos permiten, ya no sólo conocer como era este sitio hace tantos años, sino también comprobar cómo ha ido evolucionando. Entre las postales que conforman esta publicación destacan autores como Escolá, Thomas, Arribas, de las Heras o París entre los fotógrafos nacionales. Por lo que se refiere a los extranjeros pueden ser citados los hermanos Labouche de Toulouse o Gaston Nancy. ambos franceses. Entre todos ellos consiguieron inmortalizar la época de mayor esplendor de estas instalaciones.


              La mayoría de las que se incluyen corresponden a postales editadas de forma individual o formando parte de un desplegable o acordeón. Otras fueron fotografías editadas de forma individual. Muchas de ellas vieron la luz entre finales del siglo XIX y principios del XX y son una muestra clara de la importancia de este establecimiento termal en esos momentos. Debió ser, y con diferencia, del que más postales se publicaron en esos años lo cual a su vez certifica la categoría y reputación que llegaron a alcanzar aquellas aguas termales. Esta queda claramente puesta de manifiesto en muchas de las postales aquí incluidas pues nos muestran unos personajes que seguramente pertenecían a la clase alta de aquella época. Las imágenes también nos cuentan las peripecias necesarias para llegar a este paraje durante unos años en los que las comunicaciones eran más bien precarias. De este modo se incluyen imágenes de los accesos al balneario como el puente de Escarrilla o El Escalar donde en su día llegó a existir hasta una casilla para un peón caminero.



El Balneario de Panticosa (1826-1936)


              Este libro fue escrito por Octavio Montserrat Zapater en 1998 y constituye el nº 26 dentro de la Colección Estudios y Monografías publicadas por el Gobierno de Aragón. Estamos ante un ingente trabajo de investigación de casi cuatrocientas páginas que debe ser considerado, sin ningún género de dudas, como la mejor monografía publicada hasta la fecha sobre el conjunto que ahora nos ocupa. A pesar de contar con una estupenda parte gráfica final donde se recopilan fotografías de este enclave durante diferentes épocas, quizás en este caso lo más interesante sea la parte escrita dada la extensión de la misma y la cantidad de información que nos aporta. Destaca también un apartado en el que se incluyen interesantes planos datados en diferentes años de este conjunto que nos permiten comprobar cuál fue la evolución de los diferentes volúmenes que se iban construyendo, modificando e incluso eliminando. 


      
Vista del magnífico trabajo de investigación 
de Octavio Montserrat Zapater
  
Su Capítulo I está dedicado a la descripción del medio natural donde se asientan estas instalaciones balnearias. En él se habla también detenidamente de las aguas termales y de las características de las mismas según los resultados de unos análisis realizados en diferentes momentos históricos. Su Capítulo II se dedica a hablarnos del origen histórico de estos manantiales aportando cuanta información pudo recopilar su autor sobre las primeras etapas de su existencia como tal. Aporta mucha más información del periodo en el que la explotación de estas instalaciones son adjudicadas a un vecino del Valle de Tena, Nicolás Guallart y de las condiciones en que este realizó la misma. Nos habla también de las comunicaciones existentes para llegar hasta el circo glaciar en el que se asientan. Otro interesante apartado versa sobre la evolución de la arquitectura balnearia en función de las nuevas necesidades que iban surgiendo. En otro entretenido capítulo nos habla de infinidad de cuestiones que giran en torno a la salud y al ocio de los bañistas que visitaban estas instalaciones así como a los diferentes tratamiento hidroterápicos que se ofrecían a los mismos entre las distintas fuentes existentes.


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