domingo, 1 de febrero de 2015

Adolf Zerkowitz (1884-1972)



           Estamos ante uno de esos fotógrafos poco conocidos para la gran mayoría de los mortales. Sin embargo, los amantes de la fotografía antigua conocen de sobras su obra y trayectoria. Debo reconocer que hasta no hace demasiado tiempo yo tampoco lo conocía y si había visto alguna de sus fotos no la había sabido identificar. Y es algo harto fácil de conseguir pues este autor siempre firmó sus fotografías de una forma bien clara y característica. Creo que fue la sorpresa personal que me causó su descubrimiento lo que hace que me haya decantado por él para esta primer reseña. Con ella estreno dentro de la Memoria Fotográfica de mi blog una serie de posts intercalados que dedicaré a algunos de los fotógrafos de antaño que recorrieron y fotografiaron el Pirineo aragonés.
Vista de Torla hacia 1930 y su típica firma  en la esquina inferior derecha. Foto: Archivo Zerkowitz

            Nuestro hombre se llamaba  Adolf Zerkowitz y era de origen centro europeo, más concretamente de Viena (Austria), donde nació en 1884. El estallido de la 1ª Guerra Mundial le cogió fuera de su país y finalmente acabó recalando en España. A pesar de aquél serio imprevisto su estancia en España le permitió conjugar perfectamente sus dos aficiones principales: la fotografía y la montaña. Fue capaz de combinar ambas de forma magistral pues comenzó a ganarse la vida trabajando como fotógrafo independiente de postales y paisajes. Sus primeras fotos las realizó en la Abadía de Montserrat (Barcelona) y continuó recorriendo con su cámara un número importante de pueblos de toda Catalunya. De esta forma, gracias a la calidad de sus tomas, en poco tiempo consiguió convertirse en uno de los principales editores de postales del momento en nuestro país.

Carátula de uno de los acordeones plegables de fotografías que
publicó en ese momento. Foto: Archivo Cartagra
     Tras recorrer con su cámara a cuestas buena parte de la geografía catalana siguió fotografiando las montañas pirenaicas y fue así como llegó a tierras aragonesas. La provincia de Huesca, más concretamente el norte de la misma, fue testigo de sus continuos viajes en busca de unos paisajes que seguramente en más de un caso le debieron recordar los valles alpinos de su infancia. En el Parque Nacional de Ordesa encontró muy posiblemente uno de los entornos que más le fascinaron y buena muestra de ello fue la gran cantidad de fotografías de esos paisajes que llegó a editar en forma de postal hacia los años 30 del pasado siglo XX. Los pueblos de su entorno como Boltaña, Torla, Ainsa o Bielsa, también suscitaron el interés de este hombre.


Adolf Zerkowitz en plena faena sujetando una placa 
entre sus dientes. Foto: Archivo Zerkowitz
           Del trabajo realizado por este fotógrafo dan buena muestra las aproximadamente 25.000 fotografías que llegó a realizar durante el período que va desde 1915 hasta 1950. Pero lo mejor de todo no es su volúmen de trabajo. Lo verdaderamente importante es que todo este material está conservado y a buen recaudo un archivo ubicado en Barcelona que, como no podía ser de otra forma, lleva su nombre: Archivo Zerkowitz. Este archivo también contiene las fotografías realizadas por su hijo Alfredo quien a partir de 1950 siguió el negocio de su padre. Así, el archivo conserva en la actualidad unas 80.000 imágenes más o menos. Este, al contrario que otros muchos archivos de titularidad pública, sigue en manos de la familia Zerkowitz. En la actualidad,  tras la muerte de Adolf en 1972, el archivo está gestionado por Alfredo y su hijo Héctor -nieto de Adolf-. Entre sus objetivos principales cabe destacar su intención de escanear tan inmensa colección y ponerla a disposición del público en general. Quien desee conocer más información sobre este interesante archivo y el trabajo de esta saga familiar puede hacerlo pinchando aquí o también aquí.Merece la pena dedicarle un rato de nuestro tiempo.


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