Al fin llega el momento
de visitar una de esas zonas con las que tengo una relación especial. Será
porque fue el destino de mis primeras salidas al monte, porque siempre la
recorrí acompañado de un guía de excepción, porque conjuga a las mil maravillas
todo un conjunto de valores como pocos sitios conozco, será por... Lo cierto es que no sé muy
bien el motivo, pero la zona de Sobrepuerto siempre ha tenido un significado
especial para mí y espero que así siga siendo por mucho más tiempo. Los caminos de
Sobrepuerto interconectan una serie de núcleos, todos deshabitados y
abandonados a excepción de Bergua, que bien merecen ser recorridos y
fotografiados, vividos y sentidos. A pesar de presentar un estado
ruinoso, todos estos pueblos todavía conservan un halo de misterio y atracción que invitan hasta al
más reacio a recorrer sus solitarias calles. En esta ocasión, llevado por esas sensaciones, he acabado en Escartín.
Vista del Barrio Alto de Escartín en agosto de 1975. Foto: Antonio Escar Buisán |
La foto de Escartín es
muy posible que fuera tomada desde las inmediaciones del Serrato A Cruz, a escasos quince minutos de camino desde el pueblo.
Fue realizada hacia 1975 por Antonio Escar Buisán y en ella sólo aparece una
parte del conjunto urbano de Escartin, concretamente la parte conocida como Barrio
Alto. Hay que señalar en este punto que a la izquierda de la foto aún había
otra media docena de casas más. Lo cierto es que las que aparecen en la misma presentan unas cubiertas de losa de aspecto impecable. Nos dicen que hasta no hace tantos años aún hubo alguien que se debió preocupar de retejar y sacar las goteras existentes. La eras que rodéan el pueblo apenas muestran más que un número escaso de arbustos creciendo sobre las mismas y sus taludes.
Reza un dicho local ya
casi extinto "Yes més retorziú que o
camín d'Escartín...". Así pues podéis imaginaros como es el camino de
herradura que siempre ha comunicado este pueblo con el resto de Sobrepuerto. El
paso del Barranco A Glera también ha estado siempre rodeado de misterio e historias
pues su cauce queda escondido en el fondo de una angosta garganta. Se la conoce
como "O Puen d'as Crabas" y
el paraje tiene un encanto que, como otros muchos, es preferible comprobarlo in situ a que te lo
cuenten. Pues bien, este paraje es el que debieron recorrer de forma continuada
los habitantes de Escartín cada vez que tenían que acudir hasta Fiscal en busca
de provisiones de cualquier tipo. También cuando querían ir de visita a los
pueblos de Basarán o Cortillas. O el mismo que recorrían cada vez que acudían a la cita anual por
excelencia de estas montañas: la romería de Santa Orosia. La fiesta grande de
Escartín la celebraban el tercer domingo de septiembre y quienes acudían a la
misma desde los pueblos del sur también debían sortear tanto ese puente como el enrevesado camino
referido.
Interpretación del mismo plano de Escartín en la actualidad. Foto: Archivo Cartagra |
La vista que presenta
actualmente Escartín es bien diferente por desgracia. ¡Cómo han cambiado las
cosas¡... A mí me genera sentimientos encontrados y al mismo tiempo desconcertantes.
Sus calles llenas de piedras caídas desde las fachadas semiderruidas que las
jalonan llegaron a conectar un buen número de casas: Casa Sampietro, A Roya, Borderas, Ezquerra, Lacasa o Buisán eran algunas de ellas. Así podría
seguir hasta enumerar las dieciocho diferentes casas que llegó a haber
abiertas. Antes de la guerra ya se habían cerrado unas cuantas casas y quedaron
sólo siete casas abiertas. Pero al final todas cerraron. Las últimas en hacerlo
fueron la de Ferrer a finales de
1965 y la de Blas en enero de 1966
(1). Así fue como de forma discreta y forzados por unas duras circunstancias difíciles de superar, el exodo acabó tornándose imparable. Cada vez que marchaba una familia el silencio se adueñaría del ambiente. Unos no querrían volver la mirada para atrás mientras los otros se meterían dentro del corral cabizbajos, con el nudo en la garganta y las lágrimas en los ojos. Y así, poco a poco, acabaron desapareciendo de su ecosistema
los "comequesos" que era
como se conocía en todo Sobrepuerto a los de Escartín. El lamentable estado
actual de las construcciones impide en gran medida identificar las casas
pairales y sus respectivos nombres, aunque gracias a la inestimable ayuda de varios antiguos habitantes del pueblo (2), alguna he conseguido identificar.
El último comentario lo
dedicaré al aspecto forestal. Empezaré hablando sobre el pinar de repoblación
que aparece por detrás de Basarán. A simple vista, cualquiera diría que se
trata de un bosque autóctono pero hay que decir que no es así pues fue plantado por el
Patrimonio Forestal del Estado. Esos duros trabajos forestales se ejecutaron
entre 1954 y 1959. Eso fue posible porque previamente este organismo forestal
había adquirido íntegramente el pueblo y el monte de Basarán. En la foto original de 1975 puede observarse la repoblación muy poco evolucionada todavía pues aún se vislumbra el alineamiento longitudinal de los pinos plantados en función de las fajas labradas sobre el suelo.
Llegados a este
punto hay que señalar que Escartín también estuvo a punto de ser adquirido por
ese mismo organismo forestal. El primer intento tuvo lugar en marzo de 1953 y
el segundo diez años más tarde, en 1963. En ambos casos fueron los vecinos de
Escartín quienes presentaron sendos escritos a los responsables del Patrimonio
Forestal del Estado ofreciendo la venta de sus fincas y monte. Ambos intentos quedaron
frustrados ante la dificultad de concretar sobre el terreno los límites exactos tanto de las
propiedades particulares como de los dos montes de utilidad pública con que
contaba Escartín: el de Furco Estrecho y Cajicar y por otro lado el de Ballones e Isuala (3). Los campos y eras que rodean el pueblo muestran bien a las claras la falta de cultivo o de ganado pastando de forma regular los mismos. Desde hace muchos años buena parte de los mismos han sido invadidos por aliagas, buchos, artos y gabarderas.
Fuentes y bibliografía
(1): Sobrepuerto,
naturaleza en silencio; José María Satué Sanromán; Zaragoza, 1999.
(2): Rosalía Allué de Casa O Royo y José María Satué de Casa Ferrer.
(3): Fondo Documental del Monte; Ministerio Agricultura y Medio Ambiente, Madrid.
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