Se trata quizás de la instalación forestal por excelencia
pues su asociación directa con la causa forestal siempre ha resultado ser más que
evidente. Habitualmente se ha tenido claro que los viveros eran el lugar
destinado a la obtención de plántulas de diferentes especies que posteriormente
se destinaban a la repoblación forestal. Pero cabe también señalar a
continuación, que la existencia de los mismos siempre ha estado y estará
condicionada, a la necesaria presencia de otras instalaciones forestales
referidas en anteriores entradas de la Memoria Forestal de este blog. Me estoy
refiriendo a los semilleros y a los sequeros, sin cuya intervención, los viveros
no podrían en ningún caso alcanzar su objetivo principal: la producción del mayor número posible de plantas.
Vivero instalado en el monte de Canfranc a principios del siglo XX a cuyo cargo estaban los propios Guardas Forestales. Foto: Archivo Cartagra |
En nuestra provincia siempre había existido un número
escaso de viveros pues las repoblaciones realizadas dentro de sus límites nunca
llegaron a ser numerosas. En esos casos se recurrió a pequeños viveros que
funcionaron prácticamente solo para suministrar planta a dichas repoblaciones
tras las cuales dejarían de funcionar como tales. Algo similar sucedió con las
repoblaciones forestales acometidas en esas fechas por la Confederación
Hidrográfica del Ebro (CHE), quien también echó mano de viveros temporales y/o
volantes durante sus repoblaciones.
La ausencia de viveros forestales fijos en nuestra
provincia queda confirmada con la falta de datos oficiales sobre este
particular. El Patrimonio Forestal del Estado (PFE) elaboró para 1940 un
listado con los viveros permanentes existentes en España para esas fechas en el
cual no aparece ninguna provincia aragonesa. Pero aquella situación, dadas la
intenciones del PFE de comenzar a repoblar en nuestro país de forma
generalizada, pronto comenzaría a cambiar. Así, en el listado de 1945 la
provincia de Huesca ya figura con tres viveros, la de Zaragoza con catorce
mientras que la de Teruel siguió sin contar
con ninguno. Los tres viveros oscenses contaban con una superficie
conjunta de 335 áreas útiles y en 1945 produjeron tres millones de plantas.
Este mismo listado nos cuenta que a partir de 1948 en nuestra provincia ya
había cuatro viveros con una superficie útil de más de mil áreas y una
producción que, puntualmente ese año, superó los treinta y seis millones de
plantas. En 1949 la superficie se redujo y la producción fue de casi siete
millones de plantas. Según los datos del PFE para el periodo comprendido entre
los años 1945 y 1949, ambos inclusive, en la provincia de Huesca se produjeron más de sesenta y cinco millones de plantas, correspondientes
básicamente a varias clases de pinos. El número de viveros y las cifras anuales
de producción de planta en los años posteriores superó con creces las cifras
del periodo referido ahora pues la actividad repobladora en nuestra provincia fue
más bien escasa durante esos años.
Placa existente en el vivero de Plasencia del Monte (Huesca) uno de los más importantes de nuestra provincia durante mucho tiempo por su superficie y por su producción. Foto: Archivo Cartagra |
Para mediados del siglo pasado en nuestra provincia habían
funcionando hasta seis viveros diferentes, todos ellos adscritos a la 6ª
División Hidrológico-Forestal. En 1944 su ubicación y nombre eran los
siguientes: En la Sección 1ª del río Aragón estaban el vivero Nuevo y el de San
Rafaél en Villanúa, el de Valdespán, el de las Casa Forestales de Arañones y
el del Besqué también en Arañones (Canfranc). No aparecen en esta
sección los viveros de Secrás y la Casita Blanca de Canfranc ni los de Leserín,
Valdespán, Chicovil, Labayo o Lañaza. En la Sección 10ª de este mismo río había
otro vivero, el de La Victoria en Jaca. Tampoco aparecen reflejados los de
Rioseta y Picaubé de la 9ª Sección del río Aragón. Dentro de la Sección 1ª del
río Gállego estaban el vivero de El Salvador, junto al Bco. Arratiecho en
Biescas y el de San Francisco, anexo a la Casa Forestal de Escuer. En la Sección 1ª
del río Ésera estaban el vivero de Benasque. Entre todos ellos para septiembre
de 1944 se llegó a disponer de casi 2,5 millones de platas de diferentes
resinosas. A pesar de ello, y según los cálculos del ingeniero responsable, aún
faltaban más de un millón de plantas de pino laricio.
Aspecto del vivero de San Rafaél, en Villanúa, hacia 1915. Foto: Archivo Cartagra |
Hay que señalar
también que la creación de nuevos viveros tanto en nuestro provincia como en
otras no resultó ser una iniciativa puntual de los responsables provinciales
del PFE. Fue más bien al contrario pues su creación ya quedó contemplada, junto
a innumerables cuestiones más, dentro del ambicioso Plan de Repoblación de
España. Durante esos primeros años la práctica totalidad de las plantas
obtenidas en estas instalaciones correspondieron a resinosas. Tan sólo las
provincias de Santander y Huelva se destacaron en la obtención de frondosas,
eucaliptus principalmente. Años más tarde comenzaría de forma progresiva la
producción de diferentes especies de chopos destinados a repoblar las riberas
de infinidad de ríos españoles.
Algunos
ejemplos
Varios de los viveros oscenses se encargaron de la
producción de planta de especies difíciles de obtener como es el pino negro. El
vivero de Benasque se encargó principalmente de obtener esta especie durante la
mayor parte del tiempo que estuvo en funcionamiento. Así, a mediados de 1945 un
documento consultado (1) muestra que en él se sembraron 598 m² en los que se sembraron
25 kg de semilla de pino negro. La mayoría de sus 15.000 m² de superficie
estaban destinados a la obtención de esta planta. Por su parte, el vivero de
San Salvador de Biescas había sembrado 24 kg de semilla de pino negro y contaba
con más de 175.000 plántulas de esta especie.
Vista parcial del listado de plantas producidas por algunos viveros de Huesca en 1943. Foto: Archivo Cartagra |
Otro documento consultado nos ofrece un listado de las
plantas obtenidas por los diferentes viveros de la provincia en 1943: vivero
Nuevo de Villanúa: 75.000 de pino silvestre; vivero de las Casas Forestales de
Los Arañones: 16.000 Plantas de pino silvestre y 800 de pino negro; vivero de
La Victoria 996.000 plantas de pino silvestre; vivero de El Salvador, 75.000 de
pino silvestre; vivero de Benasque: 332.020 de pino negro. En total fueron casi
1,5 millones de plantas de pinos además de 25.000 plantas de diferentes
especies frondosas.
Plano de uno de los viveros de Huesca con la distribución de su superficie en función de las semillas sembradas. Foto: Archivo Cartagra |
A modo de conclusión señalar que cuando el Patrimonio Forestal del Estado (PFE) inició sus trabajos de repoblación forestal en la provincia oscense, este dependió basicamente de los únicos viveros existentes en esos momentos en la provincia los cuales pertenecían al Distrito Forestal de Huesca. Poco a poco, el PFE fué construyendo una red de viveros propios que serían los que le suministrarían toda la planta empleada durante los años de máximo esfuerzo repoblador. Debió dotarse de esta red propia de viveros, entre otras cosas, porque el volúmen de planta que necesitaba resultaba imposible producirla solamente en los viveros del Distrito Forestal de Huesca. Otro aspecto que infuyó en esa decisión fue el hecho de que la ubicación de los viveros ya existentes no siempre se ajustó a las necesidades y requerimientos del PFE.
Fuentes y Bibliografía
(1): Archivo Servicio
Provincial Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente de Huesca
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