En este viaje la memoria fotográfica nos lleva, por primera
vez, a la población de Panticosa. Junto con Sallent de Gállego,
son los dos principales núcleos de la Bal de Tena. Tanto por sí solos como por
separado, acaparan argumentos más que suficientes para realizar una visita a
cualquiera de los dos núcleos sea cual sea la época del año en la que nos encontremos. Panticosa posee una
personalidad propia que podremos comprobar nada más adentrarnos por sus calles
y plazas. Y la foto de hoy se centra precisamente en una de sus plazas. Se
trata de la Plaza Zuloaga aunque la mayoría de los vecinos la siguen conociendo
como la Plaza Perorán. Este nombre lo toma de una de las casas cuya fachada
principal da precisamente a esta plaza.
La
fotografía más antigua de las que incluyo en el presente post, muestra el mismo
escenario que las demás aunque esta lo hace con un encuadre más cerrado y algo
más próximo a la fuente. Tras una primera visualización de la misma,
rápidamente nos llama la atención que todas las personas que aparecen en esta
instantánea estás pendientes del fotógrafo. Seguramente que por esa época,
calculo que la foto está tomada entre 1910-20, no debían ser muy abundantes en
Panticosa aun a pesar de que históricamente este pueblo siempre contó con
muchísimos visitantes forasteros. La mayoría de ellos iban seguramente camino del proximo
Balneario de Panticosa a tomar las aguas sulfurosas de renombre internacional
que se remonta nada menos que a finales del siglo XIX. Llama también la
atención el número de niños presentes en la plaza, repartidos junto a las
fachadas de Casa Perorán y Casa Pedromiguel. La siguiente casa que se levanta en la misma alineación es Casa Fanlo en cuya entrada aparece una persona. Merece destacar también el macho que
aparece junto a su amo al lado de la fuente. Hasta el macho parece más interesado en la figura del
fotógrafo que en abrevarse. O igual es que ya había saciado su sed... Esta fuente se apoya sobre la fachada oeste de una borda propiedad de Casa Miñón.
En la
siguiente instantánea ya vemos un Panticosa en color pues ya estamos a principios
de 1970. El encuadre abarca un ángulo ás abierto lo cual permite hacernos una mejor
idea de este rincón en su conjunto. Las fachadas de las dos casas ya han
sufrido modificaciones, sobre todo la de Casa Pedromiguel que ha sido recrecida en al menos una altura.A esta casa también se la conocío posteriormente como Casa Celestino. En su planta baja, tal
cual anuncia la rotulación pintada en su fachada, se ubicaba el Bar Sabocos,
abierto para cubrir la demanda de un turismo que ya por esas fechas iría
seguramente en aumento. Si no se había puesto en funcionamiento para esas fechas la estación de esquí de Panticosa bien poco le faltaría. A su vez, esta toma nos muestra una nueva casa. Se
trata de Casa Cosme de cuya fachada
sobresale el volumen de una galería cerrada. A falta de tantas personas como en
la anterior, esta nos muestra varias hileras de coloridas banderolas colgadas
que delatan muy posiblemente la celebración de las fiestas patronales de
Panticosa. Estas se llevan a cabo para la Virgen de la Asunción, el 15 de
agosto.
La Plaza Perorán y su entorno con alguno de sus nombres propios. Foto: Archivo Cartagra |
En la toma
actual seguimos observando nuevas diferencias. Quizás la más evidente sea la
alteración en la volumetría de Casa
Perorán. Su fachada ha ganado una altura habitable y en su tejado aparecen
dos ventanas en forma de lucanas. Además, el Bar Sabocos ha sido sustituido por
una entidad financiera. La antigua cuadra de Casa Perorán en la actualidad ha sido convertida en vivienda habitual habiendo sufrido la pertienente remodelación que incluyó el levantamiento de una nueva altura. Los contenedores soterrados del primer
plano se constituyen en un elemento evidente de la continua evolución de este
núcleo pirenaico. Otros que también han evolucionado de forma clara son los vehículos pues el Renault 4 y otros modelos coetáneos han sido sustituidos por el Seat Ibiza. La irrupción de vechículos en la actualidad ha obligado también a cerrar el acceso de vehículos a la Plaza Perorán por medio de jardineras volantes. La Punta de Piniecho ha sido testigo mudo desde las alturas de la evolución ya no sólo del rincón que ahora nos ocupa, si no también de todo el pueblo de Panticosa.
Aspecto de este rincón de Panticosa en la actualidad. Foto: Archivo Cartagra |
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