viernes, 2 de diciembre de 2016

A floreta Susín (2)

           Parece mentira pero ha vuelto a pasar una añada más... y serán ya tres las que hace que nos dejó Angelines. Su memoria y su recuerdo no cae en el olvido y somos muchos los que mantenemos viva su imágen recordándola en cualquier rincón de su querido Susín y su entorno.

          Esta vez la quiero recordar a la entrada de su casa. Como siempre, sonriente, amable y dicharachera. Dispuesta a mostrar los vericuetos de Casa Malláu al sorprendido urbanita a quien le explicaba la función de cada estancia o la de cualquiera de los útiles y/o aperos que guardaba en ellas. A acoger en un día frío o lluvioso, al calor del fogaril, a un excursionista que viniera o fuera a cualquier parte en donde Susín se conformaba en un paso obligado. O a ofrecer un trago de agua bien fresca en su viejo botijo durante cualquier día veraniego. Así era esta mujer y así la recuerdo yo. Seguramente no debió haber nadie que pasara por Susín y se topara con ella que no fuera objeto de su conversación, de su compañía, y sobre todo, de su ilusión por mostrar, enseñar y explicar.

Poco amiga de las cámaras, cuando por fín se dejaba fotografiar, siempre se mostró coqueta y preocupada por su aspecto e imagen. Foto: Revista Vértex
            Pero en la actualidad y a pesar de la fotografía inferior, la puerta de Casa Malláu, afortunadamente, sigue abierta. Lamentablemente Angelines ya no está para darnos la bienvenida o conversación. Sin embargo su espíritu y su recuerdo han sido salvaguardados por un grupo de entusiastas amigos quienes al menos una vez cada mes, se reúnen en Susín y continúan con la labor de recuperación con la que siempre soñó Angelines. Quien quiera estar al corriente de cualquier noticia relacionada con Susín nada más tiene que visitar regularmente la web de la Asociación Malláu Amigos de Susín.
Atravesar la puerta de Casa Malláu sigue permitiendo viajar en el tiempo. Lástima que la mejor guía para ese viaje ya no se encuentre entre nosotros. Foto: Archivo Cartagra

           Entre todos ellos, de forma regualr y encabezados por su hijo Óscar, consiguen congregar a un buen número de personas el último sábado de cada mes. Se reúnen y trabajan desinteresadamente, para poco a poco, hacer realidad ese gran sueño de Angelines que no era otro que el de conseguir una restauración auténtica de Susín. Muchas gracias desde aquí a Oscar, Teresa, Inés, Mari Carmen, Ana, Moises y cuantos estáis haciendo realidad ese sueño.

           
            Que el recuerdo de Angelines continúe perdurando en el tiempo...



PD: Para quien así lo desee, el próximo Sábado 6 de febrero tendrá lugar en la iglesia de Santa Eulalia de Susín, a las 13:30, una misa en memoria de Angelines.







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