Hasta ahora hemos descrito los
trabajos de hidrología más importantes realizados en la ribera del río Gállego,
los cuales coincidieron con los cauces del Bco. Arás y del Bco. Arratiecho.
Aunque de menor entidad, hay otros afluentes del Gállego sobre los que también
se ejecutaron trabajos de corrección. Algunos de estos trabajos se realizaron
durante la existencia de la ya mentada 6ª División Hidrológico-Forestal. Otros
realizados unos cuantos años más tarde corrieron ya a cargo de un nuevo
organismo. Me estoy refiriendo al Patrimonio Forestal del Estado (PFE), creado
en marzo de 1941, el cual vino a sustituir a la 6ª DHF. En una futura entrada
hablaré largo y tendido de este nuevo organismo pues su labor en la provincia
de Huesca fue más que considerable tanto por la envergadura de los trabajos
acometidos como por la prolongación en el tiempo de los mismos.
Portada del proyecto redactado por Genaro Brun. en 1935. Foto: Archivo Cartagra |
Todos los cauces citados en anteriores
entradas más otros que se incluirán próximos post, quedaron incluidos en un completo estudio que
abarcó toda la cuenca del Río Gállego. Ese documento fue redactado por Pedro
Ayerbe y fechado un 25 de noviembre de 1902. El conjunto de esta cuenca según
sus cálculos abarcaba unos 1.700 km² los cuales dividió en 12 Secciones
compuestas a su vez de un número variable de Perímetros (1). Aunque no sería hasta 1935 cuado este cauce dispusiera de un proyecto específico para el Barranco de Escuer el cual fue redactado por el ingeniero Genaro Brun Arqué. Si bien, aquél proyecto no fue aprobado por el Ministerio de Agricultura hasta el 1 de marzo de 1940. Hasta ese momento, la 6ª División Hidrológico Forestal trabajó en este cauce a base de propuestas anuales.
Su
cauce tiene 2.750 m de longitud mientras que su cuenca abarca 357 Ha y según
una publicación de la época “Es uno de
los torrentes que muestra de manera más patente los desastrosos efectos que
produce la denudación en los terrenos margosos. Únicamente la lucha por la
existencia, la satisfacción de la primera necesidad y la ignorancia, por no
llamarla egoísmo, del presente, pudo inducir a los vecinos del citado pueblo a
roturar casi totalmente la cuenca de recepción del torrente”. Debido a
aquella situación, este cauce fue en su momento tan activo como cualquier otro
de la zona. De las consecuencias de la falta de vegetación en su cabecera habla
una nueva cita: “El cono de deyección, no
menos importante que el del Torrente Arás, ocasiona análogos accidentes en la
carretera, que queda destruida e intransitable en cada avenida. Y como ambos
conos distan entre sí pocos metros, se ha dado repetidas veces el caso de que,
después de atravesar con dificultades el cono del Escuer, esté infranqueable el
Torrente Arás, y, al tratar de retroceder, no haber posibilidad de atravesar
nuevamente el Escuer, por haber aumentado la crecida.” (1).
El lamentable estado de su
cabecera permitió que la erosión actuara de forma intensa sobre ella. Parece
ser que los arrastres derivados de la misma favorecieron que en varios puntos
de su cabecera, el lecho de desagüe quedara soterrado. Eso permitió que la
corriente principal buscara un nuevo paso y lo hiciera más hacia la ladera
izquierda y bastante próxima al pueblo de Escuer (2). El propio Tomás Ayerbe
describió aquella situación en las páginas de la Revista Montes en los siguientes términos: “Resultado de tal proceso de destrucción: desaparición de casi la
totalidad del arbolado del monte y de los cultivos, que han tenido que ser
abandonados; aterramiento de la mayor parte de la vega, y amenazado tan
seriamente el poblado, que, en evitación de una catástrofe, se dispone el
vecindario en masa a abandonarlo y a emplazarlo de nuevo en una parte del lecho
de deyección, garantizado de todo peligro por los trabajos de corrección a
realizar… De no existir el servicio hidrológico-forestal, que bien merece el
calificativo de providencial, el pueblo de Escuer desaparecería y sus moradores
tendrían que buscar en la emigración su necesario sustento” (3).
Durante la primera fase de los trabajos que se ejecutaron en este cauce fue cuando el ingeniero Ayerbe consideró necesario disponer de una infraestructura mínima para poder acometer con más garantías los trabajos de corrección de este cauce. Eso supuso según su criterio la necesidad de contar con un vivero en las proximidades así como una casa forestal en la que viviera al menos un guarda. Él habría de ser el encargado de la vigilancia y control tanto de las obras como del monte, y así mismo, también del funcionamiento del vivero que fue dedicado a San Francisco de Asís, patrono de los forestales.
Construcción de la casa forestal de Escuer y del vivero de San Francisco hacia 1910. Colección Tomás Ayerbe |
La casa forestal de Escuer en la actualidad está cerrada y en su vivero hace años que no se produce planta. Foto: Archivo Cartagra |
Según continuó relatando el
propio Ayerbe, todos los vecinos de Escuer estaban convencidos de la peligrosa
situación en la que se encontraban un buen número de casas de este pueblo.
Parece ser que ante la inminencia de algún derrumbe, los vecinos estaban
dispuestos a que tanto los terrenos sobre los que se asentaba el pueblo como
los escasos campos de cultivo que poseían, fueran declarados como “patrimonio comunal”, lo cual habría de
facilitar sobremanera la ejecución de los trabajos hidrológicos, especialmente
los de la repoblación forestal de su cuenca. Como contrapartida, la 6ª DHF se
comprometió a elaborar los planos del nuevo pueblo de Escuer que se pensaba
construir cauce abajo y no muy lejos de la orilla del Río Gállego. Los vecinos
solicitaron más ayudas a la administración forestal pues parece que no contaban
con suficientes recursos: “La mayor
dificultad que para la solución del problema se presentaba al vecindario era la
de lograr siquiera fuera un pequeño auxilio para la construcción de sus nuevas
viviendas; pero esta incógnita también ha sido despejada con alguna
aproximación, dado que no se trata de construir palacios, sino humildísimas
casas, con notorio beneficio para los vecinos y para el Estado” (3). Una
nueva referencia a aquella situación nos cuenta que para finales de 1923 ya
había varias casas abandonadas en Escuer y otras “agrietadas y desmoronándose” (4).
La aproximación a la que se
refirió Ayerbe será explicada a continuación. Los ingenieros de la 6ª DHF se
dieron cuenta que en la cabecera de la cuenca no había canteras de las que
extraer buenas piedras para emplearlas en la construcción de los diques
previstos. Parece ser que con la acumulada en el propio lecho del Bco. Escuer
era insuficiente por lo que la única solución pasaba por subirla con
caballerías nada menos que desde el cono de deyección de este cauce. El propio
Ayerbe tuvo clara la inviabilidad de aquella opción: “…y subida a los emplazamientos -de los diques- a lomo, por no existir camino carretero ni
ser económicamente práctico el construirlo. El transporte en tales condiciones
sería costosísimo y poco menos que imposible de realizar” (3). Al mismo
tiempo, los vecinos de Escuer se encontraron con otro problema para construir
sus nuevas casas. En un primer momento se habían planteado deshacer sus casas
originales y bajarse la piedra hasta el nuevo emplazamiento del pueblo y usarla
para las nuevas casas. Aquel planteamiento suponía también un esfuerzo en
tiempo y esfuerzo que se antojaba inviable.
El mismo dique en la actualidad. Obsérvese como en su día fue recrecido a partir de la cota del vertedero de aguas debido muy posiblemente a la colmatación del mismo. Foto: Archivo Cartagra |
Debió ser el propio Tomás Ayerbe
quien propuso a los vecinos una opción que podría beneficiar a todas las partes.
En vez de describirla recuperaré textualmente el párrafo donde quedó expuesta “La solución, por consiguiente, está en
adquirir para los trabajos de corrección en la cuenca la piedra de las casas
del actual pueblo, de las que los vecinos no utilizarán más que las maderas y
material de las cubiertas aprovechable; piedra que están dispuestos a ceder a
muy bajo precio. El importe de ellas les suministra recursos para sus obras, y
el Estado economizará una respetable cantidad, por el notablemente menor coste del
repetido material al pie de los emplazamientos de las correcciones a construir…
Véase con qué relativa facilidad un
pueblo llamado a desaparecer se erguirá de nueva planta y contará con monte y
vega suficiente a llenar sus necesidades” (3). Aquella propuesta fue
finalmente aceptada y los vecinos comenzaron a extraer toda la piedra necesaria
del mismo cono de deyección del Bco. Escuer, muy cerca del emplazamiento
escogido para el nuevo pueblo. Cabe señalar aquí también que el Estado, tal y como reconociño este ingeniero, ya tenía calcula la forma de resarcirse de parte de esos gastos, mediante los impuestos de
contribución que aplicaría a las 800 Ha que suponía la totalidad del monte de
Escuer así como otras 100 Ha de campos de cultivo.
Aspecto de los trabajos de corrección poco después de su conclusión. Foto: Archivo Cartagra |
Vista actual del mismo lugar de la anterior foto donde se aprecia como la vegetación cubre la mayoría de los muros y hasta el dique de consolidación del fondo del barranco. Foto: Archivo Cartagra |
Pero como ya se dijo al principio de este post, el proyecto definitivo y específico para este barranco no se aprobó hasta marzo de 1940. El ingeniero Genaro Brun calculó para su ejecución un montante
total que ascendió a 1.460.882,86 Pts. Esa cifra la desglosó del siguiente
modo: trabajos de repoblación: 96.931,96 Pts; trabajos de corrección:
1.219.566,18 Pts; trabajos auxiliares: 12.750 Pts y gastos generales:
131.634,72 Pts.
Los trabajos forestales consistieron en la plantación de resinosas en unas 195 Ha de su cuenca. Otras 100 Ha estaban ocupadas por pastizales, zonas aisladas de arbolado, el pueblo y caminos. La plantación, según el proyecto, debía hacerse con una densidad de 2.500 hoyas por hectárea. Además el proyecto decía que: "Las 13,43 hectáreas de laderas erosionadas y el cono de deyección de 53,48 hectáreas, se consolidarán con especies rústicas de gran raigambre y rápido crecimiento tales como salix, abedul, acacias, etc. Los trabajos de corrección contemplados fueron la construcción de muretes de mampostería siguiendo las curvas de nivel y gaviones, intercalando entre ellos enfaginados nada menos que hasta 35 km. En la zona de la garganta se consideró que lo más conveniente era construir varios diques de consolidación. Entre los 9 diques de primer órden y un número indeterminado de diques secundarios sumaban un total de 28.000 metros cúbicos de mampostería hidráulica. A esa cifra había que añadir otros 18.000 más entre gaviones y muros. Dentro de los trabajos auxiliares se contempló la construcción de hasta 6 km de sendas de un metro de anchura así como un albergue donde guardar herramientas, material o poderse guarecer los propios obreros. Dejó para último momento, una vez construidos los diques y comprobada su efectividad, la necesidad de llegar aconstruir una canalización de este cauce dentro de su cono de deyección (5).
Dame coiffe o señorita en formación en el tramo medio del Bco. Escuer. Foto: Archivo Cartagra |
Dique de consolidación en el tramo rmedio del Bco. Escuer. Foto: Archivo Cartagra |
Ubicación de Escuer Alto con respecto a las zonas erosionadas. Foto: Archivo Cartagra |
La labor emprendida por ese organismo fue continuada por el Patrimonio Forestal del Estado y posteriormente por el ICONA. Entre todos ellos construyeron hasta diez diques de diferentes dimensiones y en distintas ubicaciones gracias a los cuales este cauce en la actualidad está totalmente corregido. Alguno de esos diques está prácticamente colmatado por los áridos que ha ido reteniendo en sucesivas avenidas. Otros todavía tienen capacidad suficiente antes de ser rellenados.
Hoy en día, transcurridos más de
setenta y cinco años desde que el antiguo pueblo de Escuer fuera abandonado,
este asiste desde hace no mucho tiempo a un proceso de rejuvenecimiento pues en
los últimos años se han rehabilitado varias construcciones antiguas a modo de
segunda residencia. Si alguien se anima a visitar el emplazamiento de Escuer
Alto que es como se le conoce en la actualidad, le recomiendo que preste
especial atención a una cosa. Debe mirar con detenimiento sobre la orilla
izquierda el gran corte que presenta la ladera compuesta de flysh, un material que se disgrega muy
fácilmente por la acción del agua. Así pues, viendo in situ la ladera erosionada y la estrecha garganta, uno puede
hacerse un poco mejor idea de lo que es capaz el agua y como esta ha ido
horadando poco a poco en busca del cauce al cual tributa su caudal, el Río
Gállego.
Aspecto de los últimos diques construídos en la cabecera con hormigón armado por el ICONA. Foto: Archivo Cartagra |
(1): Reseña de los trabajos
realizados por la División Hidrológico-Forestal de la Cuenca Inferior del Ebro
y Pirineos Orientales en 1902, 1903 y 1904; Javier de Ferrer Lloret y José Reig
Paláu; Madrid, 1905.
(2): Me estoy refiriendo al que
actualmente se conoce como Escuer Alto el cual fue abandonado.
(3): Revista Montes, nº 1.077;
Madrid, 1922.
(4): Revista Montes, nº 1.088;
Madrid 1923.
(5): Archivo del Servicio
Provincial de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente de Huesca
Pues si. Así da gusto enterarse de las fantasmales construciones de aquí y allá. ( sabes algo del "parque de canfranc" viejo subiendo a lecherines?).
ResponderEliminarHola:
ResponderEliminarEn primer lugar gracias por visitar y leer mi blog. A continuación lamento decirte que no sé muy bien a qué te refieres. A un parque de Canfranc construído en su día por los forestales? me puedes dar algún detalle más. Ahora mismo estoy en fase de recopilación de documentación sobre las obras en el Aragón y me falta todavía algo de material.
Gracias
Carlos