La memoria fotográfica me
traslada en esta ocasión hasta un pequeño pueblecito del interfluvio ubicado al
oeste del Valle del Ara. Se trata del núcleo de Frágen, asentado próximo a la
carretera N-260 que es la que atraviesa el cercano Puerto de Cotefablo. Esta
instantánea fue tomada en los años treinta del pasado siglo por el fotógrafo
vienés afincado en Barcelona Adolf
Zerkowitz. En ella se nos muestra una vista parcial de este pueblo de Sobrarbe.
Aprovecho para decir que en un futuro post contaré algo más sobre este hombre
que recorrió y fotografió nuestro Pirineo -entre otros lugares- obteniendo unas
increíbles instantáneas de sus pueblos y paisajes.
Aspecto parcial de Frágen hacia 1930 según una fotografía de Adolf Zerkowitz. Foto: Archivo Zerkowitz |
El encuadre que ahora nos ocupa
se centra principalmente en mostrarnos la iglesia de este pueblo dedicada a la
advocación de San Martín. Aunque inicialmente sus raíces fueron románicas, las
reformas y ampliaciones sufridas entre los siglos XVI y XVII consiguieron
modificar bastante su estilo original. A pesar de las mismas mantiene una
esbelta factura y nada más contemplarla podemos observar que consta de una nave
principal y otra lateral de construcción más tardía levantada sobre su alzado
sur. Ambas presentan sendas cubiertas de losa en perfecto estado. Una parte de
la nave añadida está dedicada a porche de entrada mientras que la otra
seguramente estará ocupada por la sacristía. La lonja de su entrada debió ser,
antes y después de la celebración eucarística, lugar de animosas conversaciones
entre los feligreses del pueblo. Seguramente, habrá sido también testigo de
momentos tristes y dolorosos. Pero lo que más destaca de esta construcción
religiosa es su esbelta torre que acoge una pequeña ventana en la que aparece
cuasi encajada, una pequeña campana con la que recordar a los vecinos la celebración
de los oficios religiosos. En más de una ocasión esa campana también se abandiaría para alertar de un incendio
en el monte, durante la fiesta que se celebraba antaño para la Virgen de Agosto
e incluso para festejar alguna boda.
Si observamos con detenimiento la
torre aún encontraremos nuevos elementos dignos de ser destacados. Me estoy
refiriendo a los dos relojes que esta torre acoge en su frente sur. El que se
encuentra a la mitad es el más antiguo mientras que el más elevado es el más
moderno. Pero ya que estoy hablando de relojes aún hay que hablar de un
tercero. En este caso se trata de un reloj solar pintado en la fachada sur
justo a la altura del pequeño cementerio. Así pues, esta iglesia presenta un
conjunto de nada menos que tres relojes diferentes donde el solar sea
posiblemente el más antiguo de los tres pues presenta una inscripción con el
año 1867.
Casi por detrás de la iglesia se
observa parcialmente el volumen de una casa con su esquina achaflanada. Se
trata de Casa Cazcarro y en su
chaflán muestra un exiguo balcón en el que poder tender la colada. Es en este
mismo punto donde se ubica la puerta
principal de entrada a esta casa. Para llegar hasta ella, al igual que a la
iglesia y resto de barrio bajo, se hacía siguiendo la pendiente calle de firme
e irregular empedrado que muestra la imagen.
En la actualidad este rincón de
Frágen presenta variaciones sustanciales. La que más llama la atención es la
ausencia total de Casa Cazcarro cuyo
solar se muestra ahora totalmente vacío y sin resto alguno de sus ruinas. Esta
casa resultó bastante afectada durante la pasada guerra civil y parece ser que
ya no se llegó a reconstruir. Por su parte, la calle en la actualidad presenta
un piso uniforme y perfectamente asfaltado apto para el tránsito de cualquier
vehículo.
Por lo que se refiere al conjunto
religioso, este presenta casi idéntico aspecto que antaño. Tan sólo cabe
reseñar la modificación de la pared que separa la lonja del espacio destinado a
cementerio. Este por su parte ha sufrido una ampliación evidente con la
construcción de un buen número de nichos en altura. Los tres relojes siguen
presentes sobre su alzado sur si bien el solar apenas es perceptible en la
actualidad pues sus colores han perdido casi toda su viveza. Por suerte, todavía
permanece clavado en la fachada el elemento metálico cuya sombra resulta
imprescindible para determinar la hora solar.
Por último, cabe llamar también
la atención sobre la evolución y aumento de toda la vegetación que ocupa la
pendiente ladera del fondo de la imagen. La disminución de la población local,
y con ella, la de aprovechamientos como el pastoreo o la leñas, son los
principales responsables de ese aumento. En la parte más alta de la ladera que
desciende de Punta Litro, el pinar ha ido ocupando terreno antaño ocupado por
la tasca y los pastos finos. En la zona inferior, los cajicos han ido medrando
poco a poco hasta alcanzar un porte arbóreo bien desarrollado.