Este cauce quedó incluido dentro de la Sección 2ª del Río Gállego según la división realizada en su día por la 6ª División Hidrológico Forestal. La fecha del proyecto de corrección y restauración de este cauce es de 1962 y fue redactado por el ingeniero de montes José María Ruíz Tapiador. Para esta fecha ya estaban muy adelantados los trabajos iniciados en el Barranco Sía y Barranco Oliván, incluidos también en esta misma Sección 2ª. La necesidad de actuar sobre los barrancos abordados hasta la fecha en este blog, no era sólo reducir al máximo unos procesos erosivos que ponían en peligro construcciones en algunos pueblos o campos de cultivo. Aquellos caudales sólidos perjudicaban seriamente a su vez las obras hidroeléctricas que había aguas abajo como era el caso del Pantano de La Peña.
Vista parcial del plano principal donde se observa la ubicación de distintos diques, algunos de los cuales no se llegaron a construir. Foto: Archivo Cartagra |
Para principios de la década de los 60 fue cuando más de actualidad estuvo el proyecto de construcción de un nuevo embalse en la cuenca del Río Gállego. Según un proyecto que no he podido localizar, este se quería construir a la altura del pueblo de Senegüé y del cual tomaba el nombre. Al referirse el proyecto que ahora nos ocupa a las obras hidráulicas lo hacía en los siguientes términos: "Por el caudal sólido que el torrente aporta al Río Gállego, gasto sólido que perjudica notablemente obras hidráulicas de la importancia del Pantano de La Peña y que hace irrealizable, en tanto no se proceda a la repoblación y corrección de estas cuencas, la construcción del Pantano de Senegüé, situado inmediatamente aguas abajo de ellas". Otra motivación expuesta en este proyecto se centró en la posible afección que una gran crecida podría suponer para la integridad del mismísimo núcelo de Orós Bajo (1). Hasta ese momento no existía un riesgo inminente ni nadie había dado la voz de alarma pero tampoco se descartaba que debido al caudal sólido o arrastres de este cauce, esa situación pudiera llegar a presentarse en algún momento. Esa erosión sin embargo sí que preocupaba desde hacía años a los vecinos de Barbenuta. El barranco que discurría próximo a este pueblo, afluente del Bco. Orós, erosionaba directamente sobra la ladera donde se asentaba el pueblo de Barbenuta. Aquella situación había obligado a los vecinos de este pueblo a tomar medidas para estabilizar los fuertes taludes que caían hasta dicho cauce. Así fue como debieron construir pequeños muros y paredes con el objeto de abancalar y estabilizar dichos taludes.
El proyecto abarcó la totalidad de la cuenca del Barranco Orós, también conocido como Barranco Lucas. Es decir, desde su desembocadura en el Río Gállego hasta su nacimiento en las faldas de Punta Erata. La superficie de su cuenca fue estimada en nada menos que 1.348 Ha repartidas entre el término municipal de Barbenuta, 1.228,25 Ha y el de Oliván con 120 Ha. Presenta una longitud total de 7,3 km, un desnivel de 890 m y una pendiente media del 12%. Había varias partes de su cuenca receptora que preocuparon especialmente al ingeniero redactor del proyecto. La primera era la zona más angosta de su trazado donde "...toda el agua de la cuenca se encajona en él, esta adquiere un poder de arrastre grande, transportando la mayor parte de los desprendimientos del flysh". Otro punto eran los tres afluentes más importantes que atravesaban en solano donde se asentaban los núcleos de Barbenuta y Espierre.
Los trabajos que se plantearon en este proyecto pueden dividirse prácticamente en sólo dos clases. Por un lado la construcción de diques transversales para detener los arrastres que se producían, y por otro, trabajos de abancalamiento en laderas y cabeceras erosionadas para facilitar las repoblaciones posteriores. La segunda clase de obras consistiría en la construcción de muros de mampostería en seco fundamentada "...en la existencia de gran cantidad de arrastres, casi paralelepipédicos, que hay en el cauce". Es decir, la gran abundancia de piedras cuyas cuatro caras eran lisas y por tanto excelentes para la construcción de pared. Hay que decir que esto no era nada nuevo para los nativos de estos pueblos pues sabedores de las características de esta piedra y de la abundancia de la misma, todas las paredes de las casas de los pueblos comprendidos en esta franja prepirenaica, están construidas a base de material procedente de esta formación geológica conocida como flysh.
En los diques transversales se emplearía este mismo material aunque combinado con cemento portland para dar a los mismos la resistencia necesaria para soportar las acometidas de las crecidas y sus arrastres. Sólo visualizando el plano de la cuenca de este cauce y viendo la ubicación sobre el mismo de los diques proyectados, es la única manera de llegar a entender la envergadura de los trabajos aquí previstos inicialmente. Sobre el cauce principal se cuentan hasta 25 diques diferentes, estando ubicado el más alto cerca de la cota de 1.500 m, es decir, casi en la misma tasca del puerto de Erata. Pero además este proyecto contempló otras actuaciones en los tres afluentes que discurren por el solano de este valle de Barbenuta (2). El proyecto no da los nombre originales de dichos cauces y se limita a numerarlos. En el afluente nº 1 contempló la construcción de dos diques; en el nº 2 un dique y en el nº 3 otro más. En total, las previsiones iniciales eran las de construir 29 diques de diferentes dimensiones en total. Estas oscilaban entre los 3 m de altura y los 11 m. Entre todos ellos sumaban 21.785 m³ de mampostería hidráulica. A esa cifra había que añadir 1.456 m³ más correspondiente a los muros de mampostería en seco antes referidos. Como complemento a estos se contempló también la construcción de enfaginadas a base de la especie más abundante en la zona como era la salcera (Salix alba) Todo este impresionante conjunto de obras a realizar suponía un coste previsto de nada menos que 8.687.977 Pts. Pero para poder acceder hasta la base de muchos de aquellos diques era necesario acondicionar diferentes accesos. Por este motivo se contempló la apertura de hasta 6 km de sendas y otros 10 km de pistas forestales. Estas pistas auxiliares suponían un coste de 310.000 Pts adicionales.
Lugar donde habría de ubicarse el dique nº 1 del Barranco Orós, hacia 1961, antes de iniciarse las obras. Foto: Archivo Cartagra |
Vista del dique nº 1 del Barranco Orós poco después de su construcción en 1963 y antes de restaurar los desperfectos sufridos por las crecidads en 1965. Foto: Archivo Cartagra |
Aún queda por hablar del último gran grupo de obras contempladas. Me estoy refiriendo a los trabajos de repoblación, complementarios a los anteriores e imprescindibles en cualquier empresa de corrección hidrológico forestal. Se estimó que la superficie sobre la que era necesario repoblar tenía 459,54 Ha mientras que la especie escogida fue el pino (Pinus sylvestris). La gran pendiente y pedregosidad del terreno desechó desde un inicio el empleo de maquinaria. Debido a la elevada pluviometría de este valle se descartó también la apertura de fajas siguiendo las curvas de nivel. Este era el método recomendado para zonas con escasa pluviometría pues las fajas eran la mejor manera de retener la escasa agua procedente de la lluvia. Aquí se estimó más oportuno abrir hoyos manualmente en una densidad 2.000 hoyos por hectárea. Las dimensiones de los mismos habrían de ser de 40 cm de lado y otros 40 cm de profundidad: "La tierra extraída del hoyo deberá colocarse en la parte de la ladera situada por debajo de la boca, con el fin de que las lluvias o vientos no puedan aterrarlo prematuramente" decía el proyecto.
En su páginas también recomendaba que los hoyos se abrieran con antelación suficiente a la plantación propiamente dicha: "El efecto que se consigue con esta labor es, en primer lugar meteorizar, oxidando o hidratando principalmente, muchas sustancias, tanto orgánicas como minerales, que se encuentran en los horizontes extraídos, logrado su transformación más sencilla. Por otra parte al desmenuzar el suelo se aumenta su permeabilidad, se favorece la aireación aumentando la porosidad, y en una palabra se modifica la textura, transformando el suelo en otro siempre más suelto." Recomendaba el ingeniero redactor que las hoyas fueran abiertas por cuadrillas de obreros contratados que no superaran la veintena de hombres cada una "...colocándolos según líneas de máxima pendiente en la ladera a ahoyar obligándoles a marchar en su trabajo aproximadamente por curvas de nivel y en disposición de tresbolillo y a una densidad de 2.000 hoyos por hectárea". En cada hoyo se colocarían dos plantas de dos savias, repicadas y a raíz desnuda. Este plan de repoblación forestal fijó un plazo de ejecución de cinco años, repoblando cada año unas 92 Ha, además de la reposición de las bajas del año anterior que se detectaran. La fórmula propuesta por el ingeniero redactor del proyecto fue mediante la firma de consorcios entre los vecinos de Barbenuta y Espierre y el propio Ayuntamiento de Barbenuta.
Pero este proyectó aún contempló una nueva modalidad de repoblación. Esta consistió en la siembra de pastizal en las tascas de Erata mediante semillas de avena (Avena sativa) y esparceta (Onobrychis sativa). Esta habría de aplicarse obligatoriamente en aquellas zonas de tasca que presentaran calvas, bien por efecto de la erosión o bien por acción del propio ganado vacuno que pasta la zona durante el periodo estival. Con un carácter más de regeneración de pastizales, también se contempló la siembra con estas mismas especies de otras 42,16 Ha. Para la ejecución de este plan se fijó un plazo de dos años de tiempo, a razón de 21 ha anuales.
El montante total previsto para los diferentes trabajos de repoblación forestal ascendía a 2.331.888.87 Pts. Si sumamos las 310.000 Pts de los trabajos auxiliares; 8.687.977 Pts de las obras de hidrología y 937.537 Pts de otras partidas, obtenemos una cifra total de nada menos que 12.267.402 Pts de las de 1962, fecha de este proyecto. (1)
Aspecto del vaso de recepción del dique nº 1 del Bco. Orós hacia 1965, colmatado de agua poco después de concluida su construcción. Foto: Archivo Cartagra |
En cuanto a las obras de hidrología previstas hay que señalar que de los 29 diques sólo se construyeron los señalados en el proyecto que nos ocupa con los números 1, 2, 3, 6, 8 y 16. El nº 1 se ubica cerca del pueblo de Orós Bajo. El nº 2 por encima del estrecho y su cascada mientras el resto se reparten cauce arriba espaciados entre si de forma irregular. Respecto a las repoblaciones contempladas hay que decir que ninguna de las previstas se llevaron a la práctica. Ni la de pinos ni la de regeneración de pastos. El problema en este caso no debió ser económico sino más bien de acceso a la propiedad del terreno sobre el que repoblar. Es decir, ni se compró superficie de terreno sobre la que repoblar ni se firmó ningún consorcio entre el PFE y Ayuntamiento de Barbenuta o los vecinos propietarios.
Ubicación de cinco de los seis diques construídos según la numeración del proyecto original. Archivo Cartagra |
Al respecto de esta cuestión sí que puedo aportar alguna información complementaria. Parece ser que en septiembre de 1962 varios vecinos de Barbenuta y Espierre se presentaron en el despacho de un ingeniero de montes del PFE en Zaragoza. Su objetivo fue comunicar a dicho ingeniero su intención de vender sus tierras y sondear cual podía ser el precio de venta. Aquél ingeniero se llamaba Alfonso Villuendas y al poco de dicha reunión mandó una instrucción al inspector de trabajos en esa zona, Francisco Trémin, quien vivía en Jaca. La información que este les transmitió fue que presentaran cuanto antes y por escrito su oferta de venta para que la misma estuviera en poder del PFE antes de finales de 1962. Se ha localizado una carpeta con el nombre del pueblo de Barbenuta aunque en su interior no aparece ninguna oferta por escrito de tal ofrecimiento. En su lugar aparece una relación con el nombre de las casas abiertas que había entonces en Barbenuta, nueve en total: Gaitero, Asora, Cristino, Balbarós, Pascual, Franco, Ignacio, Gavino y Chuanorús. Los de Casa Navarro ya habían marchado a vivir a El Temple y los de Casa Ferrero a Monzón. Por lo que se refiere a Espierre, allí seguían abiertas once casas: Lacasa, Otal, Chaime, Abarca, Pardo, Soro, Patricio, Ferreira, Eustaquia, Ramón y Azón (3).
Es muy probable que la urgencia en disponer de aquél ofrecimiento antes de finales de 1962 estuviera fundamentado en algún rumor interno dentro del PFE que indicaría la llegada de posibles recortes para el año próximo. Finalmente, durante 1963 se confirmaron aquellos rumores y el presupuesto dedicado para la adquisición de nuevas tierras se vio reducido y solamente a los casos de verdadero interés. Así pues, el intento de los vecinos de estos dos pueblos quedó relegado a la espera de mejores tiempos. Aquél recorte en la partida de adquisiciones del PFE debió durar entre uno y dos años pasado el cual este organismo continuó comprando montes en esta zona del Alto Gállego. Es muy posible que si finalmente no se llegó a retomar la adquisición de terrenos dentro del término de Barbenuta, fuera debido a un cambio de parecer entre la mayoría de los vecinos de aquellos dos pueblos.
Detalle parcial del Parte Fin de Obra firmado por el Guarda Forestal encargado de lmisma. Foto: Archivo Cartagra |
Pero buceando entre papeles pude encontrar un documento nuevo sobre este barranco. Hace referencia a la reconstrucción que hubo que acometer en 1966 del dique de cierre, es decir, el más próximo al pueblo de Orós Bajo. Hacia 1965 tres fuertes tormentas sucesivas bastaron para que el vaso de recepción de este dique quedara colmatado. Es decir, su parte posterior quedó rellenada de áridos hasta su límite superior. Esto fue debido también en gran medida al corrimiento de parte de los estratos de la ladera derecha. Aquél movimiento provocó a su vez que fallara parcialmente el apoyo del dique en su flanco derecho. El mismo produjo grietas en su muro de mampostería inicialmente pequeñas. La acción del agua tras nuevas tormentas permitió que aquellas grietas se convirtieran en un boquete de más de un metro cuadrado. Por este motivo en 1967 fue necesario intervenir de urgencia para evitar la ruina total de este dique. Las obras, además de cerrar ese boquete permitieron reforzar su contradique de forma que la aleta derecha del mismo ejerciera como muro de contención de los estratos de esa misma ladera. Aquellas obras presupuestadas en 700.000 Pts finalmente costaron, según el parte de fin de obra, sólo 590.000 Pts. Aquél parte y aquellas obras fueron supervisadas también por el guarda forestal Santos Cav
Descendiendo la gran cascada del Barranco Orós. Foto: Archivo Cartagra |
Para concluir cabe señalar que en la actualidad este barranco, aun a pesar de no contar sobre su cauce con todos los diques previstos, presenta un estado aceptable pues no ha sufrido crecidas que puedan calificarse más allá de ordinarias. Los seis diques que se llegaron a construir en su momento cumplen a la perfección con su cometido y presentan distintos niveles de colmatación. Qué poco se podía imaginar el ingeniero redactor del proyecto, José María Ruiz Tapiador, que los muros y pozas del dique y contradique nº 1 próximo a Orós Bajo iban a convertirse, muchos años más tarde, en un lugar muy solicitado durante el verano por bañistas y visitantes tomando el sol. Tampoco imaginaría seguramente que la parte final de su cauce fuera recorrida a lo largo del año por numerosas personas ávidas por descender las dos cascadas de cerca de 30 metros del impresionante estrecho, practicando el barranquismo.
Bibliografía y fuentes:
(1): Proyecto de corrección hidrológico-forestal del Barranco de Orós; Archivo Servicio Provincial de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente de Huesca.
(2): Fototeca Dirección General de Biodiversidad; Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, Madrid.
(3):Fondo Documental del Monte; Ministerio Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Madrid.