Miguel Lamarca
nació en mayo 1924 en Casa Albeitar
de Ansó. Allí fue a la escuela hasta los 10 años y después ya comenzó a
trabajar de pastor con el rebaño de ovejas de Casa Chimena, aunque también le tocó cuidar yeguas en el monte de
Alanos. Hacia 1936, y cuando contaba con unos 12 años, comenzó a trabajar en la
serrería de Ansó. Cuando cumplió los 24 le tocó incorporarse a filas y se fue
durante año y medio a Melilla. Fue precisamente al regresar del servicio
militar cuando se le presentó la oportunidad de marchar a trabajar de pastor
nada menos que a California. Se enteró gracias a Pedro Aznárez, un ansotano que había emigrado a tierras americanas hacia 1920 el cual tenía ya un rebaño de
ovejas propio en aquellas tierras. Después de su experiencia africana y llevado en
parte por su carácter inquieto, Miguel no dudó en aceptar tal propuesta y para
allá que se marchó. Estuvo unos diez años trabajando como borreguero tanto en
California, la mayor parte del tiempo, como en Arizona, el último año.
Reata de seis machos arrastrando un trallo de abeto en algún lugar del monte de Ansó. Foto: Archivo Peñarroya |
Tras
ese periodo de inmersión americana, Miguel regresó nuevamente a España y
comenzó a trabajar durante unos dos años como peón de albañil. Como ese trabajo
no le gustaba del todo entró trabajar como peón en la serrería de Ansó. Un buen
día, la persona que estaba al frente del carro de la sierra enfermó y hubo que
buscarle un sustituto. Parece ser que ninguno de los otros empleado de la
serrería quería ocupar ese puesto pues no debía ser nada fácil manejarlo
correctamente. Al final se lo propusieron a Miguel y este, un poco a
regañadientes, aceptó ocupar tal puesto. Como no tenía muy claro que pudiera
hacerlo bien del todo, y antes de nada, le hizo una advertencia al encargado de la sierra. Le
pidió una semana de tiempo para adaptarse a la misma. Si transcurrido ese
tiempo no había aprendido suficientemente el manejo de carro, lo dejaría y
volvería a su puesto anterior de peón. Finalmente Miguel se adaptó bien a su nuevo cometido y ya no dejó ese puesto de trabajo en los siguientes años.
Vista de dos operarios manejando el carro y la sierra de una serrería similar a la de Ansó. Foto: Archivo Cartagra |
Camión Mercedes de los hermanos Gros de Ansó cargado con madera de haya para la serrería hacia 1963 Foto: Colección Toni Añaños Terán |
Miguel recuerda con orgullo la infinidad de troncos de todas las medidas que él llegó a
serrar. Recuerda que en el bosque de Oza se llegaron a cortar abetos cuyos
troncos medían hasta treinta metros de largo, ahí es nada. En esos casos, una vez apeados los
troncos, eran cortados con un tronzador manual en trallos de cuatro o cinco
metros, según el destino final de la madera resultante. Esos trallos eran
arrastrados por reatas de hasta una docena de fornidos machos y mulos hasta un
cargadero. Allí ya aparecían los camiones quienes transportaban los trallos
hasta la serrería. Aún recuerda Miguel las dimensiones de alguno de aquellos
trallos: "...pa que te hagas a la
idea, llegaban algunos trallos que cubicaban tantos metros cúbicos como largo
era el trallo". Es decir, troncos de cuatro metros de longitud cubicaban
otros cuatro metros cúbicos, todo un alarde de crecimiento forestal prácticamente
imposible de repetirse en la actualidad. Pero las dimensiones de algunos
de los abetos que se cortaron en los bosques de Ansó durante aquellos años aún fue más allá pues se dieron otros casos extremos tal cual me cuenta Miguel. Hubo casos
en los que la reata de machos, los cuales por cierto pertenecían a la serrería, eran
incapaces de arrastrar los trallos debido a su envergadura y a su peso. En esas
situaciones se llegó a optar por hacer un agujero con una barrena manual en el culo
del trallo y colocar en su interior varios cartuchos de dinamita. Luego de
explosionaba y el tronco quedaba desgajado en piezas menores que ya resultaban más
fáciles de manejar.
Miguel Lamarca cuenta en la actualidad con 90 años y una memoria envidiable. Foto: Archivo Cartagra |
Aspecto actual de una de las dos naves de la serrería de Ansó, hoy totalmente abandonada. Foto: Archivo Cartagra |
Listilla de jornales de la serrería de Ansó de 1971. En último lugar aparece Miguel Lamarca quien cobraba como peón especialista un jornal diario de 136 Pts. Foto: Archivo Cartagra |
Miguel recordando viejos tiempos frente a las naves donde se ubicó la serrería de Ansó. Foto: Archivo Cartagra |
Fuentes y Biblografía:
- Fototeca Diputación Provincia de Huesca
- Archivo Fotográfico Peñarroya
- Colección fotográfica de Toni Añaños Terán
- Archivo Fotográfico Peñarroya
- Colección fotográfica de Toni Añaños Terán
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